4-9 Vencen los catalanes, y romanos a Asdrúbal Calvo;

Capítulo 9.

Vencen los catalanes, y romanos a Asdrúbal Calvo; se ilustra Tarragona, y excelencias de Barcelona.

Geoffroi Rudel, Jaufrés Rudèls de Blaia, Jaufré Rudel de Blaye,

A la diligencia, y cuidado siempre favorece la fortuna, la lograron los romanos, en Cataluña contra Asdrúbal Calvo, que con poderosa armada llegó de África por Mallorca, a la cual acudió la de los romanos, cuando ya los cartagineses se hallaban en Cataluña, con cuarenta mil africanos (N. E. muchos menos de los que hay hoy, en 2024), y con los españoles que les seguían, encaminados al asedio de Inchivel que es Chelva en Valencia, juzgando apartar a Escipión de la guerra de adentro de España; pero no la dejó Escipión, si (sino que) prosiguiéndola, encargó parte de su gente a tres caballeros catalanes, se entiende naturales de la tierra que es Cataluña, que no se nombran, para defender esta Provincia, y vecindad: llegando a ella, hallaron ocupados los pasos, y el enemigo fortificado en ellos, no desmayaron nuestros catalanes, antes valerosos embistieron al enemigo peleando con varia fortuna, y peligrosos, y reñidos combates; que mejorando, cedieron los africanos al valor, y destreza de los nuestros (que ya era estimada en aquellos tiempos) con pérdida de veinte y seis mil, parte prisioneros, y parte muertos, cuarenta banderas, o insignias de Cartago, y diez elefantes, y muerte del General, que acabó como fuerte, y magnánimo capitán. (1) 

Después de esta victoria, llegó cargado de riquezas, y victorias Escipión, de las costas de España a Tarragona, concluyó la obra de la muralla pasmo del Orbe, y memoria de la majestad romana, se dilataba en 81684 varas, tenía 13 varas de ancho, y los pedernales de que se formaba, de largo tenían 10 varas, y 8 de ancho.

El cerco era pulido, y ostentoso, con gradas de fuerte piedra para los que acudían a los espectáculos: el teatro que fabricó Escipión, igualaba si no excedía al de Roma, su circuito de 674 varas, todo de piedra con sus gradas, muy pulidas.

No faltaba foro, donde consagraban estatuas a la fama de los héroes, y mercado para los contratos, y uno, y otro era campo de tratantes: dedicó Escipión, y los romanos que le sucedieron, ricos, pulidos, y magníficos templos a sus vanos Dioses, como el de Isis, del cual se halla la piedra siguiente:

ISIDI. AVG. SACRVM.

IN. HONOREM. ET. 

MEMORIAM IVLIAE.

SABINAE. CLOD. 

OSIANA. MATER.

Y la de Palas.

TVTELAE.

TARACONAE.

Fabricó la suma grandeza de los (aquaductos) acueductos, y por excelencia el puente de Ferreras, obra sólo para ponderada, y no declarada: quedó Tarragona defendida, adornada, asistida, y fertilizada por el aprecio de Escipión, y fue colonia en su tiempo. (2)

Ya nos lleva el curso tercera vez a la excelentísima Barcelona, se apasionó por Cataluña Escipión, no sólo por inclinación, sino por debido reconocimiento de las victorias, de que se comprendía deudor con su república, pues le abrió el camino, y le siguió hasta el término de la quieta posesión de España.

Prenda de su obligado, y reconocido afecto fue Tarragona, y mayor Barcelona, dilatando su fuerza, ennobleciéndola romana, inmune de cargas, (3) poblada de ciudadanos romanos, ilustrada con públicos, y excelentes edificios, acueductos para las fuentes, como el que desciende de la fuente de los naranjos por Monjuique hasta el convento de san Pablo, seguro puerto cerca de la ermita de Nuestra Señora del Puerto, magníficos templos, la piedra de la calle del Regomir, que es la siguiente que lo comprueba.

MINERVAE. AVG.

NAVTVSTIVS. HO-

MVNCIO. IIIIII (con raya encima) VIR.

AVG. COLLEGIO.

FABR. DONO. POSVIT.

No satisfecho Escipión con tales prendas de cariño, la favoreció, y adornó con la limpieza de las cloacas, o acueductos para su paseo, sin embarazo de lodos, y se cree fueron las de la Boqueria hasta mar, y de Junqueras hasta la Boqueria, tan alta que por dentro puede pasar un hombre a caballo: la exaltó ciudad la más pulida, limpia, y curiosa, por señas del romano aprecio, ya en los años 210 antes del Nacimiento de nuestro Señor, adelantándose en la autoridad romana, con nombre de Julia Favencia: célebre por su pueblo, pulida en su adorno, apreciada por su limpieza, y privilegiada por los romanos que siguieron a Escipión. 

Exaltó Escipión a Barcelona; pero con nuevos, y relevantes favores la ennoblecieron los Señores que después consiguieron su dominio: fue favorecida de los Godos, y más de sus Serenísimos Señores Condes de Barcelona, que le concedieron para el gobierno acertado, los juicios según sus leyes, y faltando Virrey el juzgar de delitos, formar siempre estatutos para su gobierno, y de los que residen en ella, imponer derechos (N. E. generalitats), ser inmune de ellos en todos los reinos de la Corona: le concedieron para su resguardo declarar marcas, hacer represalias: defiende las ciudades, compone los disgustos de su Rey con los vasallos, oriente del Real gobierno, jurando los fueros, y tomando el juramento de fidelidad de los vasallos en ella: respetada, y atendida de los reinos, pues en todos, y en la Corte delante su Rey van sus Conselleres con insignias, y maceros, y con las mazas levantadas: nombra ciudadanos con militar privilegio, mercaderes, y escribanos: la aprecian sus Reyes (N. E. incluido Felipe VI y la futura Leonor), no permitiendo que reciba bajo de Palio, a otro sino al Sumo Pontífice, ni en actos públicos tener otros dozel: lleva una de las varas del Palio el Rey con los Conselleres en obsequio del Divino Sacramento: fabrica moneda, por su crédito tiene los depósitos de tabla, y banco, residen en ella los tribunales, es custodia de los títulos, y papeles de la Corona en el Archivo Real: para solicitar los divinos favores con actos de caridad, mantiene los hospitales, y reparte parte de sus réditos en copiosas limosnas, que detienen la divina justicia para no castigarla por sus deméritos, y la defiende, y favorece Dios por amparo de pobres:

las Reales Armadas deben saludar primero, que esta ciudad, menos que no se halle en ellas persona Real.

Esto logra la fortuna, y más el valor prudente de tan célebre Metrópoli por gracias de sus Serenísimos Condes, en premio de sus servicios: 

es Señora de Flix, de la Palma, de Moncada, de Rexach, de Caldas de Estarach, y antes de Ampurias condesa, que volvió todo aquel condado a su Rey, por obsequio, y servicio, entregando también a su Monarca las villas de Tarraga, Villagrassa, Tarrassa, y Sabadell en Cataluña, Elx, y Crucilla en Valencia de que era Señora.

Corresponde fina Barcelona a tan soberanos favores, y particulares gracias, buscando ocasiones del mayor servicio de su Señor, manifestándolo obsequiosa al recibirle cuando llega a jurarle sus Privilegios; pues en esta ocasión lleva atados dos cordones, o colonias a las riendas del caballo del Rey, el Conseller primero a pie, siguiéndole en el obsequio algunos Sujetos del Consejo de Ciento, indicio de respeto, y demostración de que viene obligado a guardar las Leyes, y Privilegios, y Gerolifico del constante amor, que no permite se le aparte su vida, su sol, y venerado Señor, y este obsequio le ofrecen en su ocasión las otras ciudades del Principado: cuando Dios dispone de la vida del rey, lastimada tiene su luto Barcelona en la Sala del Consejo de Ciento, preside a todos, y acuden todos los Magistrados a darle el pésame.

Cuando parte el Rey de esta ciudad, aunque sea por mar, no acostumbran disparar los baluartes, y aunque las galeras disparen no corresponde, ni visita a su Majestad en la despedida, por el desconsuelo de que se le aparta su adorado Señor: esto es Barcelona, y mayor la veremos cuando sacudió el infiel yugo Mahometano. 

(4: Privil. Caroli Calvi. Dat. Tolosae prid. Idus Junij anno 4. Caroli. Barcinone (e con rayita encima: ae: Barcinonae) famosi nominis Civitatem liceat ipsis secundum eorum legem de aliis hominibus judicia terminare.

Mapa Cathaloniae. Barcinone praecipuam Urbem habens, Religione conspicua, nobilitate, & fortitudine celebris, rebus terrae, Marisque foeliciter gestis, praeclaera legibus, comerciis, & negotiationibus, totiusque rei maritime Mediterraneis, & Occidentalibus Provinciis exhibita perspicua.

Constit. de Catal. tit. Com. y seguretat. Usat. omnes quippe. Privil. R. Petri 14. Kal. Novemb. 1339. Rex Joan. Privil. anno 1446.

Rubrica de Bruniquer in libris Civit. lib. diversorum.

Privil. R. Ferdin. 2. anno 1510.

Vallseca in usat. Bajulus. (: Batlle, Batle, Baile.)

Privil. R. Petri 10. Kalendas Martij anno 1343.

Dicti Reg. anno 1337.

Oliba de jure fisci cap. 6. 

Cancer var. 3. part. cap. 5. num. 47.

Berart in spec. cap. 22. num. 20. tit. de decur.

4-8 Ocupadas, y demolidas Cartago vieja, y Rubricata, vencido Asdrúbal y otros muchos lances.

Capítulo 8.

Ocupadas, y demolidas Cartago vieja, y Rubricata, vencido Asdrúbal y otros muchos lances.

No el que vence merece nombre de consumado capitán, sí el que vence, y sigue la victoria logrando comodidad, y gloria; bien lo entendieron los dos hermanos Escipiones, tomando la ocasión pues no ufanos, si solícitos cuidaron no les escapase, y para asegurarla emprendieron la hazaña que les ofreció el fruto de sus victorias, en la conquista de la Metrópoli cartaginesa en Cataluña Cartago la vieja. Hicieron a Tito Sempronio dueño de la hazaña, para lograr seguros la gloria del trabajo ajeno, que

siempre las obras de los soldados ceden en crédito del General: después de varios lances, al fin venció Sempronio; conquistó la Cartago de España, y la demolió hasta los cimientos, plaza que tan valiente se les opuso siempre, consiguiendo lo que en otro tiempo no hubiera sido fácil.

Destruida la vieja Cartago, quisieron nuevamente poblarla los Cosetanos con algunos romanos, la concedió Escipión, con que ni por el nombre quedase memoria de sus enemigos; cruel venganza que llega a la fama. Concedió a los pobladores libertades, y privilegios, y de estas franquezas la llamaron Villafranca; pero no pudo olvidarse su primer oriente, pues le ha quedado y a su comarca, el renombre de Penos, o Penitentium, y en catalán Panadès. (1) (N. E. Penedès más moderno.)

Acabó la cartaginesa colonia, acabó la Metrópoli africana, y se exaltó Barcelona como veremos, y no menos de la demolida Rubricata, que aunque no es fijo, pero no será temerario juzgar, que rendida Cartago vieja, estando tan cerca, y más de Barcelona que Villafranca, pasasen los vencedores a la infeliz Rubricata apenas poblada ya destruida, tan desconocida que ni indicio se halla de quien fue, aunque se pretende darle asiento en Martorell, que no lo juzgo, por ser Rubricata de la Lacetania, que sólo llegaba a Llobregat; y más se conforma Rubi (Rubí), por el nombre, y por hallarse de esta parte de Llobregat, en donde se halla un antiquísimo castillo, y cerca en el lugar que se junta con Llobregat el pequeño Rubí, o Riera de Rubí, se halla una

torre de atalaya, como las que los cartagineses usaban, y no creo que se

encuentren indicios en otra parte. (2)

(N. E. Ad Bergam. oppidum est ad Rubricatum amnem, in Catalaunis apud Barcinonem urbem fluentem. Ptolomei aevo notum fuisse, probabile est. De hoc Castro Livius lib. XXIV. Bergitanos fuisse in Lacetania Plinii, docet Petrus de Marca, Marc. hisp. lib. II. cap. XXXIII. § V. - 

Pedro de Marca, Marca hispánica, libro 2, capítulo 33, párrafo 5.)

Otros sucesos refiere Livio de los Escipiones, y el obispo de Gerona de Galba, y españoles Cartesios; pero como no pertenecen a Cataluña, bien que los catalanes asistieron a los Escipiones en la jornada de Sagunto, aunque fue poco el fruto pues sólo cobraron los rehenes que tenía dentro Asdrúbal, de los pueblos españoles que se le sujetaron, lo dejaremos pasando a Asdrúbal: el cual viendo empeorarse su partido en España acudió a Cartago, de donde le había venido orden que pasase a Italia, y advirtió antes a su república el estado de sus intereses en España, y que los pueblos se juntaban con los romanos por las victorias de la armada de Escipión, y prontitud de los pueblos de Cataluña en asistirle, y nombró la cartaginesa república a Himilco por gobernador de España, el cual llegó con los enviados de Asdrúbal, para que pudiese este pasar a Italia asegurado en el valor de Himilco.

Obedeciendo el orden seguía su viaje de Italia por Cataluña Asdrúbal; cuando Escipión como buen hijo, y noble ciudadano temiendo los daños de la Patria en el viaje de Asdrúbal, para estorbarle el camino encaminó su ejército hacia Iliberia, que era poderosa ciudad, y amiga de Cartago, juzgando que para defenderla, dilataría Asdrúbal el pasaje de Italia. 

No salió vano el discurso de Escipión aunque no acertado, pues no pasó Asdrúbal a defender Iliberia, si se empeñó contra otra ciudad vecina confederada de los romanos que no se nombra: viéndole Escipión empeñado dejó a Iliberia, y pasó a encontrar al ejército enemigo, tuvieron varios choques, y escaramuzas: deseosos los generales de pelear dieron señal de batalla, se embistieron resueltos, obraron fuertes, intrépidos se acometieron, y defendieron: se inclinó a los romanos la victoria, ya por su valor, y de nuestros paisanos, como también porque los otros españoles, que seguían al cartaginés capitán, se excusaron de pelear: vencido Asdrúbal, se retiró a Cartagena dando la victoria muy cumplida al romano ejército. (3)

Por este tiempo acudió Roma, y también Cartago a los suyos con prontos, y numerosos socorros, que hubieran harto atrabajado a Cataluña, y a toda España; pero quiso Dios justo Juez que no obrase el poder humano, porque el universal azote del divino, y soberano poder había de obrar solo, y castigar a unos, y a otros con la peste, que abrasó a toda España. (4)

Sucedió todo lo referido hasta el año 211 antes de Cristo.

(N. E. ¿Qué Dios tenían los catalanes entonces? Quizás Georgius Podiolum.)

4-7 Victorias de Escipión asistido de Cataluña, que se defiende del cartaginés,

Capítulo 7.

Victorias de Escipión asistido de Cataluña, que se defiende del cartaginés, y guerras de Indíbil, y Mandonio (Catalàn) catalán (catalanes).

Hallándose Escipión en Tarragona, y no queriendo dar carga, y disgusto a Cataluña que le seguía, envió a Roma por vestidos, pan, vino, aceite, xarcias (jarcias), velas, y cuanto convenía para las armadas de mar, y tierra, que luego le fue remitido, pero salteado de los cartagineses, dio que sentir, y padecer a los soldados.

Monumento a Asdrúbal

Asdrúbal en Cartagena llamó a los españoles de su séquito, y co los africanos se previno por mar, y tierra: no se olvidó Escipión, pues juntando 35 galeras, fue a encontrar al enemigo, eligiendo oponérsele por mar, receloso de las fuerzas de la tierra: le buscó, y le halló en Ebro, bien descuidado; pero como en la costa en aquel tiempo hubiese muchas torres de atalayas, fue descubierta la armada de Escipión, por los fuegos que prevenía la costa: este aviso puso en desorden a los de Cartago, acudieron como en tropel a embarcarse, asegurados que los enemigos venían por mar: llegó la armada romana con buen orden, y sosiego, embistió, y a poco tiempo echó a pique cuatro galeras de Cartago, y tomó dos; y aunque las demás se defendieron, pero superadas del arte, y valor romano, volvieron las proas, y eligieron en la huida su salud: las siguió el vencedor, y alcanzadas, unas dieron en tierra, y otras quedaron rendidas: vencidas estas, se retiraron las naves de Cartago, y perseguidas de Escipión, abandonados los buques, salió la gente en tierra, y quedó el romano, señor de la contraria armada, y del mar.

Siguió el romano capitán su fortuna, embistió a Alicante, que se llamaba Honosca, y destruida esta pasó adelante a Cartago la nueva: la entró, la saqueó, y la quemó: entró después tierra adentro hacia Guadarrama, taló, y destruyó el país, y conseguidas estas victorias, volvió a Tarragona, pasó a Ibiza, la dominó, y admitió la amistad de Mallorca, y Menorca.

Asdrúbal viendo ocupado al enemigo, pretendió vengarse de Cataluña, entrando por el Ebro al Campo de Tarragona, no consiguió su intento, por hallarse prevenido, y bien resguardado el país, y llegó a Cartagena a curar sus daños, y los de aquel lugar. (3)

Los pueblos de la otra parte del Ebro, Navarra, Viscaya, y Guipuscoa (Vizcaya y Guipúzcoa), siguiendo al vencedor se apartaron del vencido, y buscaron el romano favor, que lograron, y logró Escipión passar con su ejército a la otra parte de Ebro en daño de los pueblos que seguían a Cartago: se volvió a Tarragona por los Vaseos, que eran Cuenca, Ocaña, Toledo, Segovia, Valladolid, y sus comarcas, queriendo antes sujetarles.

(N. E. De Cuenca a Valladolid hay a pie 338 km.)

Ponerla mirando a Cuenca

Hallándose Escipión en Tarragona dio noticias al Senado de sus victorias, pidió le aliviasen del gobierno de España, no consintieron los romanos, pero le concedieron por su descanso, y por compañero a su hermano Publio Cornelio Escipión, y mientras venía el hermano, admitió la amistad de los Celtíberos. (4)

Bien juzgaban los romanos, tener el dominio de Cataluña, pero no era tan fácil, pues de las cenizas del muerto Andrúbal renacieron Indíbil, y Mandonio príncipes catalanes Ilergetes, para la venganza contra los romanos: juntaron estos capitanes a sus vasallos, y amigos: bajaron a los lugares que ocupaban los romanos, los destruyeron con furor militar: acudió al oposito diligente el romano, con ejército formado de naturales de Cataluña (que siempre ha padecido en la división) y encontrando a los enemigos poco advertidos, fácilmente fueron deshechos, y se retiró Mandonio, con los que pudo recoger, a la montaña.

No faltó Asdrúbal a su amigo, pues de Portugal vino a defenderle muy pujante, y tal que temiéndole Escipión, con arte desvió el encuentro solicitando a los Celtíberos nuevos amigos, que entrasen por las tierras que seguían a Cartago, y le salió bien el ardid; porque Asdrúbal apartándose de Cataluña, acudió donde tenía más que perder.

Apartado Asdrúbal, volvió Escipión a Tarragona, la fortificó con nuevas murallas, y la adornó con bellos edificios: llegó de Roma su hermano de Eneo Publio Cornelio para su descanso, le admitió alegre, obedeciendo al Senado, con la puntualidad, y respeto romano: pasaron estos hechos hasta el año 213 antes de Cristo. (5)

4-6 Victorias de Escipión, destrucción de Atanagria, y Ausa, y prodigios.

Capítulo 6.

Victorias de Escipión, destrucción de Atanagria, y Ausa, y prodigios.

Vencido, y muerto Leonero, ajustado Escipión con los Ilergetes eligió pasar a Ausa contra Amusito que era el gran amigo que tenía dentro de Cataluña Asdrúbal: avisado Amusito por sus espías pidió socorro a los Jacetanos de Jaca, los cuales entraron por Cataluña con algunos Ilergetes que se les juntaron hasta veinte mil hombres, que juzgaron pasar a Ausa, no teniendo embarazo en el camino, esperanzados en su valor, y robustez, y no menos en los hielos, y nieves de aquel tiempo juzgándoles intolerables a los romanos (N. E. pues imaginaos a los africanos musulmanes que entraron en el 711 D. C.); pero estos burlaron su confianza, no descuidados como juzgaban los Jacetanos, y prendieron a los que iban con el aviso a Ausa del socorro, y del modo con que se había de introducir, entendiendo de los tales la venida del ejército de Ilergetes, y Jacetanos.

El ardid para introducir el socorro era, que a la noche saliesen los del pueblo a poner fuego en el Real del enemigo, y que los Jacetanos a un tiempo darían sobre los romanos, y se encaminarían a la plaza: entendido el ardid, mandó salir Escipión de las líneas nueve mil catalanes (N. E. con sus correspondientes nueve mil barretinas rojas), y salió él mismo con mil romanos puestos en celada, y encubiertos hacia el lugar por donde habían de pasar los Jacetanos para lograr su intento: llegaron estos alentados, dieron los encubiertos en los descuidados, les rompieron, y hay quien dice que murieron dos mil, otros doce mil (N. E. diez mil arriba, diez mil abajo); no es nada la diferencia, lo cierto es, que los Jacetanos escaparon por las montañas, y les valieron los pies para su defensa. (N. E. Quien no conozca esa zona, que vaya, y use los pies, y verá qué buen sitio para escaramuzas, sobre todo en invierno.)

Jaca, Chaca, Iacam, Jacetanos, Jacetania

Vencido el socorro, volvió Escipión a su Real, se halló quieto por no haber salido los de la plaza ignorantes del designio, por no saber de los amigos, ni haber visto la seña ajustada.

Bien juzgó Escipión, que faltando socorro se rendirían los cercados, pero no usaba en aquellos tiempos, en que más fuertes se defendieron, y en varias surtidas (salidas) dieron que merecer a los romanos: intentaron los cercados quemar los cuarteles del enemigo, pero la nieve que era copiosa, apagó, o no dejó prender el fuego.

Estrecharon más los romanos el asedio, y avanzaron en daño de la plaza, con que desesperado Amusito de poder mantenerla, salió de Ausa, y pasó a Cartagena, donde se hallaba su amigo Asdrúbal: desamparada Ausa de su caudillo, convino con los romanos, y se entregó la plaza, asegurados honor, vida, hacienda, privilegios, y leyes con que se gobernaba. 

Entraron algunas compañías de romanos dentro, con pretexto de  defenderla de los enemigos, se dieron las arras, y algunas monedas, para los gastos de la guerra, y quedaron los de Ausa confederados con los romanos. (1) 

Bueno fuera entender qué ciudades son estas, de Ausa, y (Atana-nagria) Atanagria: lo más seguido es que sean Vique, y Manresa: otros que Tarraga (Tárrega), o Sanahuja: y hay quien diga que fueron ciudades de Navarra, lo dejo a la discreción; lo cierto es que el nombre de Ausa concuerda con Ausonia que es Vique; y Manresa es antiquísima, como hemos visto (Minorissa), y se hallan obras grandes de los romanos en ella, porque los puentes de un collado a otro de la acequia de la agua de Llobregat que se toma dos leguas antes en Sellent, el puente sobre Cardener, la torre del Breny, que es como la de los Escipiones, de que se hablará, dan señas de la grandeza romana, y del aprecio de la ciudad, y puede ser fuesen las dos nombradas; pero de Manresa lo dudo, por juzgarla con lo referido favorecida, y no derruida por los romanos. 

Pasado algún tiempo, se disgustaron los romanos con las nombradas ciudades, y estas apartándose de los romanos les movieron cruda guerra, y los de Atanagria degollaron la guarnición: acudieron los romanos con su ejército a la venganza, asediaron a Ausa, y después

de varios lances la entraron, y destruyeron de forma, que sólo quedó una calle, y por ella en latín se nombró Vicus, y en catalán Vique (Vich, Vic).


Mayor fue la ruina de Atanagria derribada hasta los cimientos, como si no hubiese habido pueblo, llamando al lugar Manurrassa, y en catalán Manresa, y esto es de Beuter: y puede ser que de Hércules le quedase el nombre de Minorissa, que se olvidó, y por la ruina la llamasen Manurrassa; pero no obstante, la estimación que los romanos hacían de Manresa, y los favores que de ellos recibió se oponen al sentir de Beuter; pero pueden ser las memorias, y favores romanos después de la reedificación de Manresa.

Victorioso Escipión se fue a Tarragona para descansar, la aumentó, y dividió el despojo de los vencidos entre los catalanes, y romanos que le seguían: sacó a los soldados de la ciudad, por ocasión de las riñas que tenían con los paisanos, les mandó residir en sus pabellones, y tiendas, quedando la ciudad quieta, y aliviada.

Sucedió esto, hasta todo el año antes de Cristo 215, en el cual sucedieron horrendos prodigios en Cataluña, en el aire, y tierra: se oyeron en el aire tristes gemidos, y golpes como de armas, y soldados, que peleaban: aparecieron formidables fantasmas, y espantosas visiones: en la tierra hubo partos monstruosos de ganados, y otros brutos (N. E. de ahí vienen Oriol Junqueras, Albert Pla, Roger Torrent, etc.): algunas fuentes dieron sangre por agua: todo fue terror de la Provincia, que aturdida recurrió al sacrificio de los fingidos Dioses. (2)

Oriol Junqueras, pasapalabra, España

4-5 Viene Gneo Scipion a Cataluña,

Capítulo 5. 

Viene Gneo Scipion a Cataluña, amistades que logra, y lo que ejecuta: vence a los de Cartago con el favor de Cataluña.

Pasando a Italia Aníbal, dejó en su lugar en Cataluña a Hanón, y Andrúbal, que residieron en Villafranca su colonia: en este tiempo sucedieron varios terremotos, tempestades, inundaciones, y batallas en el aire (N. E. Con F16 de la Luftwaffe catalana), pronósticos de los venideros daños (N. E. Luis Companys, Prat de la Riba, Jordi Pujol, procès, etc.).

Por este tiempo se descubrió de Cataluña, la poderosa armada de los romanos con Scipion su General, que desembarcó en Rosas, y pasó a Ampurias para ofrecerles su armada para oponerse al común enemigo: llegaron los Indigetes, y otros pueblos para observar el trato de los romanos: les vieron atentos, corteses, y políticos, y les admitieron asegurados de la palabra, y autoridad romana, que había juntado aquella valiente, y numerosa armada (entendiendo la guerra que mantenían) para favorecerles, y defenderles de sus enemigos, y conservarles en su libertad antigua: agradecieron el patrocinio los catalanes, y por los embajadores que envió Escipión a los otros pueblos de Cataluña, se unieron, y confederaron con los romanos. (N. E. Y además los catalanes les dieron la lengua catalana, que ellos corrompieron en el latín.)

Se pretende que Curcio capitán romano, ajustó la liga de Roma con Cataluña, y que este dio nombre a Ribagorça (Ripacurtia, Ribagorza); si bien hay quien dice que le tomó de Noguera, que se llamó Gorcia, y de esta, y de la tierra de la ribera (ripa, riba), juntos los nombres, se llamó Ribagorça. (2)

Se pretende que Curcio capitán romano, ajustó la liga de Roma con Cataluña, y que este dio nombre a Ribagorça (Ripacurtia, Ribagorza)

Pasó adelante Escipión, concluyendo con la confederación de los pueblos de Ebro hasta los Pirineos, y Lacetanos: entró a esta nueva liga Tarragona, más llena de honor que de pueblo: llegó a ella Escipión, ilustró la Corte, y cabeza de la república, juntó en ella su armada para acudir donde importase, y desde Tarragona concluyó la amistad de romanos, e Ilergetes, que finos le asistieron con lo restante de Cataluña contraria a la tiranía, y mal trato africano. (3)

Theolongo Bachio dio las victorias, juntó los catalanes, y fue el primer fundamento del poder romano en España. (4) (N. E. Beuter y Pujades lo deben nombrar en los libros citados. ¿Se inventaría Florián de Ocampo (1499-1558) a este héroe con nombre de borrachín y largo teólogo?)

Artur Quintana Font, Theolongo Bachio

Con el cuidado de Escipión, y diligencia del catalán Theolongo, toda Cataluña acudió a los romanos, y aun los más serrudos de las montañas; sin que aprovechase el ardid de los de Cartago en publicar las victorias de Italia, más que para alentar a los paisanos en la defensa de los romanos, asistiéndoles con armas, y caudillos, aumentando el séquito romano en valor, y poder. (5)

Hanón en este tiempo se hallaba en su vieja Cartago, suspenso, y cuidadoso por la oposición fuerte, poco séquito, y número de enemigos: envió a avisar a Asdrúbal, que se hallaba en su nueva Cartago, que es Cartagena: juntó Asdrúbal sus tropas, y a los españoles sus confederados de la otra parte de Ebro, pero no pudieron acudir como instaba el empeño.

Con el favor de los pueblos de Cataluña entró más adentro Escipión hacia los Ilergetes, que comprendían, como dijimos, el llano de Urgel, Lérida, y todo aquel terreno, los cuales le admitieron, y siguieron: y viendo Hanón tan avanzado al enemigo, no le quiso seguir con sus tropas, juzgando vendría Asdrúbal, y le cogerían en medio; pero como tardó Asdrúbal, se halló empeñado a vista del enemigo pronto a la batalla, confiado en el valor de los catalanes que le seguían: En esta ocasión llegó al campo cartaginés el español celtíbero Andrúbal con un séquito grande de sus amigos, y vasallos; pero fue poco socorro para que no fuese vencido, deshecho, y preso Anón, y su ejército destruido con muerte de Andrúbal.

Logró la victoria Escipión, entró en la plaza de armas de los enemigos, la ocupó, y a un lugar fuerte que tenían para su retirada llamado Cydo, al cual saqueó, y quemó: quedaron sus soldados ricos, y contentos con el despojo; y de los derechos de la república, fue adornada, y fortificada Tarragona Metrópoli romana de España. Que Segur fuese Cydo, y ser de aquel tiempo en Cataluña lo prueba Pujadas. Esta fue la primera victoria de los romanos contra Cartago, alcanzada por el valor de los catalanes,

la cual les abrió la puerta para el dominio de España.

Varían las historias en el lugar de Cydo, el paraje, y sobre cual fue: 

unos dicen Sisso (Sieso) en Aragón, otros Sos, otros Caydi (Zaidín, Çaidí) cerca Cinca, otros quieren por la similitud del nombre sea Sitges, no pienso elegir en tanta variedad: en los autores citados se hallarán las razones por una, y otra opinion. (6)

Y la piedra que refiere Morales en Tarragona que es la siguiente. 

Con esta inscripción.

L. FVRIO. L. F. FA-

VENTINO. SVBVRI- 

TANI. PVBLICE. (: Furio. L. F. Faventino. Suburitani. Publice.  

Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino : Barcelona.)

Que los de Segur dedicaron a Lucio Furio de Barcelona una piedra, de la cual quieren entender que en el pueblo de Segur se dio esta batalla; pero Segur dista más de diez leguas de otro Segur, porque el uno se halla en Segarra, y el otro cerca Sitjes (Segur de Calafell, cerca de Sitges), y así de esta piedra no se puede inferir el lugar de la batalla.

Llegó Asdrúbal, vencido Hanón, y corrió el Campo de Tarragona, con gran daño de los descuidados romanos; pero temiendo la venida de Escipión que se hallaba en Ampurias, se retiró, y fortificó en la otra parte del Ebro.

Entendiendo Escipión lo que pasaba, juntó sus catalanes, y romanos, se encaminó hacia Tarragona, y como vio el estrago, y no al enemigo, desahogó su cólera contra los cabos que tenían tenían el gobierno de aquellos lugares: partió después a Ampurias, donde fue advertido de los movimientos de la parte de Aragón por los Lacetanos que se ajustaron con Asdrúbal. Había entrado este por los Pirineos, concediéndole paso los Bergussios, y Ceretanos, dándole comodidad de entrar por los Ilergetes con grave daño de los pueblos, pues quemó los panes (cereal), y taló los campos, y dominada Lérida se llevó algunos mancebos a los cuales obligó a apartarse de los romanos, y por ellos a aquellos pueblos, valiéndose para la seguridad, y resguardo de los mancebos: con estos movimientos creció la parte de Cartago, favorecida de Amusito, y Leonero régulos, uno de Lacetania, y otro de Atanagria, muy estimados en aquellos pueblos. Advertido pues Escipión dejó Ampurias, y pasó a Tarragona, y Asdrúbal por Tortosa a Sagunto, y Cartagena deteniéndose en ella seguro de Escipión, el cual pasó a Atanagria, rompió, y destruyó los enemigos, que sólo escaparon Amusito, y Leonero el cual se retiró a Atanagria, y Amusito a Ausa: embistió Escipión a Atanagria, la rindió con muerte de Leonero, y de los más nobles, castigó a los demás con pena pecuniaria, tomó rehenes, y ajustó los movimientos de la Lacetania. (7)

4-4 Pasa Aníbal a Cartago, y esta nombra General de España a Asdrúbal:

Capítulo 4. 

Pasa Aníbal a Cartago, y esta nombra General de España a Asdrúbal: paz de Roma, y Asdrúbal: división primera de España: gobierno de Aníbal, y oposición de Cataluña. 

Habiendo nuestros pueblos alcanzado tan gloriosa victoria, se alentaron contra Aníbal: pasaron a Barcelona en daño muy particular de los enemigos, que precisó a Aníbal, por consejo de Asdrúbal, a dejar Barcelona, y llevarse la guarnición a Andalucía, adonde llegó; y fue enviado por Asdrúbal a Cartago, a la cual llegó con facilidad, y consiguió el gobierno de España para Asdrúbal. Nombrado gobernador, aseguró la amistad de sus confederados españoles de la otra parte de Ebro, fundó Cartago la Nueva, que es Cartagena (Cartago Nova). Advertidos los romanos solicitaron, y alcanzaron la amistad de Ampurias, y Sagunto, confirmándola nuevamente, y viéndose inferiores a la cartaginesa república, la convidaron con la paz por sus embajadores, que la admitieron concordes en dividirse la conquista, y país, concediendo a los romanos de los Pirineos a Ebro, y quedando con lo restante de España, de Ebro al estrecho los cartagineses: entonces se dividió España en Citerior, y Ulterior, siendo la Citerior poca cosa, por ser la parte de los romanos, que después fue mayor mejorados de fuerzas, y la Ulterior de los cartagineses, y esta es la primera división de España, en Citerior, y Ulterior. (1)

Mató a Asdrúbal un español celtíbero en venganza de la muerte de Tago su Señor: fue nombrado gobernador Aníbal, que vuelto de Cartago intentó romper con los romanos, buscando ocasión en la guerra contra Sagunto, que la logró; porque ofendidos los romanos de la guerra de Sagunto enviaron a Aníbal, y a Cartago para que desistiesen de la guerra, y tuviesen paz con los de Sagunto sus amigos; pero fue sin fruto la petición porque el intento de los cartagineses era romper la paz, y lo consiguieron en la repulsa que dieron a los romanos: los romanos embajadores, de Cartago vinieron a Cataluña para disponer los pueblos contra los de Cartago, pasaron a Aragón, y se detuvieron en Francia. 

(N. E. Ni Francia existía, ni Aragón, se refiere a los reinos en 1709.)

Se dispuso Aníbal para la guerra, decretó pasar a Italia, juntó noventa mil hombres africanos, y españoles, celtíberos, y ulteriores, agasajó los franceses para el pasaje, temiendo que si se le oponían juntos con los catalanes que siempre le perseguían en notable estrago de su ejército, o le perdería, o malograría la jornada de Italia. 

En este viaje de Aníbal por Cataluña para Italia, lo que más daño le hicieron, y detuvieron en varios encuentros, fueron los de Blanes, y su vecindad, con su General Theolongo Bachio, que venció en varios lances a los de Cartago, y su Patria Blanes le consagró estatua en reconocimiento de sus grandes hechos: la estatua se hallaba en Blanes, como refieren Florián (N. E. el que se lo inventó), Beuter, y Ciriaco, con la inscripción siguiente:

TELONGO BACHIO.

QVI POENO EXERC.

CVM HANIB. IN ITAL.

TRANSEVNTE. CVM.

S. P.  Q. R. CVM FA-

CTIONE. REIP. AMICA

SENSIT. BLANDENSES

STATVAM. D. D. 

Adelantándose con su ejército Aníbal dentro de Cataluña encontró mayor oposición en los Portusios, con los cuales tuvo varios lances antes de poder tener el paso seguro para la Francia, que logró después de reñida

guerra, por medio de un caballero muy estimado de aquellos pueblos: hallándose en Rosellón tuvo otros encuentros, y a lo último con arte pudo pasar por Francia a Italia; pero no tan a su salvo, que no hubiese de abrir paso primero en Rosellón con las armas, o tratar de granjear aquellos pueblos con agasajos para poder lograrle.

Se hallaban los ruiselloneses (roselloneses), y todo aquel distrito de montes de Cataluña armados para defenderse de Aníbal, juzgando quería sujetarles, y que sólo era ardid el tránsito, y seguro pasaje que pedía
(N. E. lástima que alguien no leyó este libro cuando Napoleón): alentaban a estos catalanes, las mujeres valientes Amazonas armadas en defensa de su honor, y Patria: advertían la guerra, y daños de los Portusios, y pueblos de la otra parte de Cataluña, y con temor del daño intrépidas se expusieron a los peligros; no obstante estas fuerzas, llegó Aníbal sobre Iliberis que es Colibre, que se hallaba bien defendida; fue primera en el tesón de defenderse Russino cabeza de aquellos pueblos, 
y de donde tomó el nombre Rosellón.

Viéndose Aníbal, en medio de estas dos plazas, y del catalán ejército formado de las mujeres, y hombres de aquellos distritos, habiendo en las pruebas antecedentes conocido su valor, despachó mensajeros a los principales del campo de los paisanos, asegurándoles toda buena correspondencia, y que para asegurarse si les parecía, podían venir con su ejército en sus líneas, o que él entraría en las suyas con toda amistad; sin pretender obligarles a más, que a evitar los lances de la guerra. (2)

Dieron los catalanes grata audiencia a los embajadores, y tomaron resolución de mover su Real, y partir al de los cartagineses: confirieron entre sí unos, y otros el modo de la concordia, y como se había de ejecutar el tránsito, y pasadas muchas pláticas resolvieron hacer alianza, o confirmar las amistades antiguas: formaron sus capítulos para que entendiesen como se había de continuar la paz, y entre otros, concordaron ambos ejércitos admirados del valor, y prudencia de aquellas catalanas mujeres, que supieron sujetar a los africanos; que si algún soldado cartaginés de los que residirían en aquellas fronteras, ejecutase alguna sinrazón en daño de los naturales, o de los vecinos franceses, los tales agraviados debiesen pedir justicia a los gobernadores cartagineses, y si los injuriados fuesen cartagineses, y los injuriadores del país de Rosellón, o Francia, debiesen los cartagineses agraviados pedir justicia a las mujeres de los agraviadores, y demás mujeres; porque se hallaban en tal altura las mujeres de aquel país, que entraban en los consejos de paz, y guerra, y no se debía ejecutar cosa sin su consentimiento, y aprobación: a esta capitulación obligaron las catalanas mujeres, al que tuvo a sus pies con el poder romano a toda Europa; cosa muy particular, y notable.

Hallándose en este tiempo los pueblos de Francia vecinos de Cataluña, armados para impedir la entrada a sus países (N. E. Els països catalans antics) a Aníbal, llegaron los franceses a Rosellón para unirse con los nuestros a la común defensa; y los supo tan bien obligar Aníbal, que firmaron paces de la forma que los catalanes quisieron: o juntos, como quiere Florián, los campos catalán, y francés, formaron las capitulaciones en la forma referida; consiguiendo con esto, y con algunos regalos presentados a los cabos franceses, pasar su numeroso ejército a Italia, después de tan dilatada, y cruel guerra; pero no sabemos si logró que se le entregase Colibre, y parece cierto quedó libre, supuesto que en el campo antes de rendida la plaza se firmaron las paces.

Berenguer de Palasol. Bérenguer, Berengiers, Berenguier de Palazol, cataloigna

4-3 Se fortifica Barcelona: guerra de Betulones:

Capítulo 3.

Se fortifica Barcelona: guerra de Betulones: pasa Aníbal a Ampurias: batalla, y muerte de Amiclar.

Pasaron estos hechos hasta el año 228 antes de Cristo, cuidando en este tiempo Amiclar de la fortificación de la ciudad de Barcelona. (1) Circuyéndola de muros, y torres, que se dice son las antiguas, donde están las cárceles reales: viendo los Betulones, y pueblos Laletanos, crecer la plaza en su daño, se opusieron constantes, peleando día, y noche con grave pérdida de su enemigo, que solícito, y valeroso con la espada en la mano, y arma continua adelantó su obra hasta estar puesta en regular defensa: se aumentó Barcelona por los cartagineses con su estancia, y comercio, y a estos debió sus primeras glorias. Engaño fue de algunos, dar la fundación de Barcelona a su restaurador, no advirtiendo que por los pasados castigos del Cielo se hallaba arruinada, y poco poblada como otras ciudades; y si no se dio el nombre de fundadores a

los que ensancharon, y poblaron de nuevo a las demás, se debe decir lo mismo de Barcelona; ni es verosímil que lugar tan acomodado, como el de Barcelona, estuviese yermo tantos siglos de la fundación, y población de España; y es más fácil ser su fundador Hércules, Señor pacífico de España, que la pudo fundar sin oposición, que Amiclar perseguido de todos los pueblos, y que sólo había buscado a Barcelona para defensa de los enemigos que le seguían, de los cuales no estuvo asegurado en sus líneas, y plaza de armas, y así buscó un lugar más fuerte en Barcelona, y si no hubiese hallado Barcelona fundada, era ponerse en un campo igual al otro de quien huía: tampoco parece posible teniendo los enemigos delante, haber podido edificarla desde los cimientos; pero hallándola edificada pudo dentro defenderse, y adelantar la fortaleza para su resguardo.

Otra razón hallo fundada en derecho, y es: que prueban las escrituras, piedras, y medallas antiguas, (2) y se halla la piedra a las espaldas de la iglesia de Santiago, que dice: Barcino ab Hercule condita à Penis aucta. La que se halla en la cárcel referida cap. 11. lib. 1. En monedas antiguas se halla por Barcelona Barc. nona, y si por su familia Barcino la hubiese fundado, y dado nombre Amiclar (Hamilcar, Barca o Barcas) se llamaría Barcina, y no Barcelona; y siendo la fundación de Hércules, y restauración de Amiclar tradición antiquísima, tiene fuerza de derecho, y se le debe dar crédito. (3)

No me culpen si vuelvo a Barcelona, pues son tantas sus glorias que mal caben en tan pequeño bosquejo como lo vimos lib. 2. Se dilata aún más en las lenguas de la fama, y crédito de los Reyes, y Señores que la han gobernado después de Cartago. Esta es idea de la hermosura, aclamada por el mundo atenta, cortés, sumamente liberal, maestra de prudencia. Legisladora admitida por el comercio en todos los reinos, origen de los cónsules que envía con jurisdicción a Nápoles, Palermo, Génova, Cerdeña, y a otras Provincias, (4) preside en Cortes al Estado Real, recibe a su Rey cuando viene a esta ciudad, sin bajar de caballo los Conselleres, diciéndolo todo por todos, el Serenísimo Rey Don Fernando el Católico: es la primera, la principal, y la más nombrada por su glorioso obrar. (5)

Adelantando su fábrica Amiclar a ejemplo de la Laletania, y Betulones, se juntaron los de Ampurias, Rosas, y otros pueblos contra los de Cartago, siguieron a estos los pueblos hasta Ebro: hubo de pasar Amiclar a la Andalucía que no estaba con quietud, y dejó Barcelona a Aníbal para su defensa.

Quiso Aníbal cumplir con el crédito en que le había puesto el padre, en la confianza de encargarle la Metrópoli de su Imperio, y la fuerza de Cartago en España; y viendo que los de Ampurias eran los más fuertes contrarios, pretendió sujetarles para su gloria: formó ejército, y ocupó el lugar que se llama la Escala, donde tenía su ejército, y advertía los intentos del enemigo, de que se infiere llegó por mar: ocupado este lugar sin oposición, teniendo el país contrario, hubo varios encuentros en esta guerra, que la antigüedad ha ocultado, y lo cierto es fue la victoria de los catalanes, pues Aníbal se hubo de retirar.

Hallándose delante de Ampurias Aníbal, su padre Amiclar que ya había vuelto de quietar a Andalucía continuaba su viaje por Cataluña seguido, y perseguido, y varias veces vencido por el valor de los paisanos que le tenían en arma, juntándoseles los pueblos por donde pasaban; y es cierto que a no ser Amiclar tan gran capitán, le hubieran enteramente deshecho. Con todo este trabajo llegó a los Edetanos, y queriéndose detener, y fortificar en un lugar que se llama Castellserás (Castelserás, junto a Alcañiz), no pudo, porque donde juzgó hallar alivio, encontró con la muerte, porque los Betulones, y Lacetanos resolvieron darle batalla, y respetando el arte del capitán, buscaron una industria muy fiera: esta fue tomar gran número de bueyes, les pusieron en unos carros cargados de leña embreada, y dándole fuego, embistieron los bueyes al contrario ejército, desbaratándole, destruyéndole; y siguiéndose los catalanes, concluyeron con los enemigos vencidos del rigor de las llamas, y fiereza de los brutos: visto el destrozo por el General recogió la gente que pudo, y porque las montañas estaban ocupadas, se hubo de ordenar al Levante de Ebro, de donde la necesidad le obligó a retirarse; pero no pudo escapar de los irritados catalanes, que saliendo al encuentro le embistieron fuertes, y acabaron de derrotar su ejército; y Amiclar como noble, y valeroso alentando a los suyos, y peleando como desesperado acabó sus días, y las glorias de tantas proezas, quedando la nación victoriosa (antes vencida, y supeditada) de nuestros pocos españoles catalanes, o de este país. Sucedieron estas proezas hasta el año 225 antes de nuestro Señor nacido. (7)

4-2 Noticias en Cataluña de los romanos, a quien favorece:

Capítulo 2.

Noticias en Cataluña de los romanos, a quien favorece: passa a Cataluña Amiclar, y guerra contra Betulones, y otros: y embajada a Alexandro Magno.

En esta era vino a Cataluña la noticia de la romana república por medio de los de Marsella, de los cuales se valieron los romanos para introducir amistad con los saguntinos, y por ellos con los celtas sus confederados, para poder ser admitidos en España, envidiosos de los logros de los cartagineses en Andalucía, y de los marselleses en Cataluña: para el efecto enviaron embajada a Marsella, y esta a Sagunto, concluyendo liga, y amistad las tres naciones. 

Pasaron estas conferencias, y las guerras contra Mallorca, casamiento de Amiclar con una señora española, que parió al gran Aníbal, en los años antecedentes: el año antes de Cristo 244 nació Aníbal en Mallorca, y quietada pasó a Sicilia, y se ajustaron las paces con los romanos. 

(1: Flor. lib. 3 c. 31. Beuter lib. 1. Viladam. cap. 15. Pujades Cor. lib. 2 c. 11 y 17.)

Respiró Cartago, y año 237 antes de Cristo, envió a Amiclar Barcino a España, y habiendo entrado en Andalucía con poderosa armada, dirigió su viaje por las costas a Cataluña, desembarcó, la circuyó por los Pirineos, y llegó hasta el lugar donde Ebro desagua al mar (Delta del Ebro, Ebre): mandó salir su gente a tierra para poder con resguardo tratar con los paisanos, y ver como podía señorear la tierra.

envió a Amiclar Barcino a España, Hamilcar

Exploró el terreno, y los naturales: les advirtió fuertes, valientes, y siempre en arma, y dudó de su intento; pero reconociéndoles divididos, y poco conformes (lunar de la nación) se alentó para dominarles, y fabricó fuerte para su resguardo: fundado este, poblado, y bien fortificado, en tiempo de un año, le llamó Cartago, y en crédito de la africana se nombró la vieja Cartago, después Carteja, y hoy Villafranca de Panadès: sucedió esto hasta el año antes de Cristo 238. 

(2: Probo in vita Amiclar, & Annibal. Gar. lib. 1, c. 12. Tarafa Pujades Cor. de Cat. lib. 2, c. 17 y 18.)

Es Villafranca de las villas nombradas de Cataluña, de mejores casas, y edificios, curiosas iglesias, y conventos: se llamó de Panadès por los Penos que son los de (Carta-tago) Cartago, o por los que condenaban al trabajo de las minas que se hallaban en los montes de Foix, y Pontons, y los guardaban en la villa, y de estos tomó el apellido de Panadès por el término latino Poenitentium (Penitensis): fue la primera, y más célebre colonia de Cartago, nombrada Franca por los antiguos, y nuevos Privilegios, con los cuales fue ilustrada por sus servicios, y liberalidad de los Señores Reyes. (3: Privil. Ferdinandus (Fernando II de Aragón, el católico) 2 Calen Maij 1493. Episc. Gerund. Par. Hisp. cap. de Urbibus quae fuerunt deletae, & cap. de Cit. lib. 3 cap. de Colonijs Cartag. Diago Condes de Barcelona lib. 1. Crisis de Cat. p. 1, c. 9 § 1. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, c. 18.)

Fundada Villafranca, Corte, y resguardo de Amiclar, discurrió este la forma de dominar la Provincia: los Celtíberos sus amigos se le ofrecieron prontos: solicitó a los Turdetanos contra los Saguntinos para revolverles en discordias, que era el medio que había elegido para su ruina: conociendo el humor del país, permitió varios hurtos, y daños, a la licencia militar para conmover los pueblos, buscando color a la guerra; y advirtiendo su intento los Saguntinos, políticos disimularon hasta lograr la ocasión, que no se dilató; pues saliendo, pasados dos años, de Villafranca el cartaginés el año 231 antes de Cristo, juntó su dividido ejército Amiclar para encaminarse a sus designios, tomaron las armas los pueblos desde Llobregat a Ebro: hicieron sus emboscadas, mataron, destruyeron parte de los enemigos, siguiéndoles hasta Ebro, donde recogió su campo, y acudieron los Celtíberos sus camaradas, que les admitió vengativo para dominar la Provincia, y castigar a sus enemigos. Volvió Amiclar a Villafranca, para celebrar sus bodas, con la hija de Asdrúbal, (4: Garib. lib. 5 c. 12. Beuter lib. 1, c. 14 y 17. Medina p. 1 c. 47. p. 2, c. 170. Flor. lib. 4, c. 11. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, c. 18 y 19.) esto sucedió hasta el año antes de Cristo 231. 

Por este tiempo, se juzga vinieron los africanos Rubricatos, que de su nombre, o por el río tomó el nombre Rubricata, fundada a la boca del río, colonia cartaginesa, celebrada, y muy poblada. 

(5: Argaiz fund. de Esp. pág. 30 y 40. Marin. de rebus Hisp. lib. 1 de fluminibus (de los ríos). Cris. de Cat. p. 1, c. 9 § 4.)

Queriendo Amiclar el dominio de la tierra, emprendió el viaje hacia Barcelona, y su suegro Asdrúbal, por la costa con su armada marítima, juzgando en el dominio de esta tierra, asegurar lo que poseía dentro de España: pasó Amiclar por los Cossetanos, se opusieron fuertes, tuvieron varios encuentros, y algunas batallas; pero a la fin venció Amiclar, y dominó de Ebro a Llobregat. 

No obstante la disminución del ejército, se alentó a pasar a la Lacetania, tuvo mayores empeños, guerreó con varia suerte hasta llegar a Besòs: se juntó la comarca, le impidió el paso del río; y alentados los catalanes pelearon con el ejército enemigo, que hubo de retirarse, y fortificarse en su plaza de armas: allá acudieron los nuestros con varios asaltos, entrando en sus líneas, quemaban, mataban, y hacían muchos prisioneros; obrando esto el natural valor, falto de arte, y disciplina militar.

Fueron tan extremados estos pueblos, que como refieren las historias, vencido, confuso, y admirado Amiclar, se retiró como pudo, y se fortificó en Barcelona, y Monjuique, resguardado por el sitio, y armada marítima que condujo al puerto Asdrúbal; y aun no juzgándose seguro, fortificó a Barcelona, le dio gran ámbito, y la puso en defensa con el puerto, que creo es el viejo, del lugar que llamamos Nuestra Señora del puerto

(6: A partir de aquí se omiten las notas al pie que no sean específicas.) 

Llegaron a Cataluña las noticias de las victorias de Alexandro, y voló la fama por toda España: determinaron los españoles de esta provincia, enviar a Maurino Catalán a Babilonia a Alexandro Magno, para darle el parabién de sus triunfos, y suplicarle les asistiese contra los cartagineses: estimó Alexandro la fineza, y prometió favor; pero su temprana muerte marchitó las bien fundadas esperanzas.

4-1, De la venida de los marselleses, fundación de Ampurias, y como dilató su dominio Cartago en España.

Libro 4 de los Anales de Cataluña. 

Entran los cartagineses, y guerra contra los catalanes: entrada de los romanos, hasta sacar a los de Cartago de España: y vuelta a Roma de Publio Cornelio Scipion. 

Capítulo 1.

De la venida de los marselleses: fundación de Ampurias, y como dilató su dominio Cartago en España.

Todavía hasta este tiempo olvidan las historias a Cataluña, puede ser que como no entraban con grande poder los extraños, fuesen poco admitidos (N. E. Y puede ser que, como no existía, no la nombren los autores); y aunque entrasen con poder, si faltó el agasajo, fuesen vencidos; y que solicitasen antes los cartagineses vencedores asegurarse de las otras Provincias, para poder con mayor seguridad dominar la nuestra, dejándola por entonces en su quietud, y gobierno.

Parece que ya Cartago quiso dominar a Cataluña, enviando a España para refuerzo de su ejército 500 ciudadanos de la misma república, y luego Sapho hijo de Asdrúbal para guerrear en la Mauritania, y últimamente Himilco, y Hannon con orden de obligar con el agrado, y destreza: arte que les dio a Mallorca, y de allí solicitaron la amistad de los saguntinos que no alcanzaron; y es cierto era el camino más trillado, y seguro para el dominio de esta Provincia, por ser (estar) Sagunto tan cerca, y tan unida con los pueblos de Cataluña como se refirió cap. 6, lib. 3. (1: Marin. lib. 1, cap. 20. Flor. lib. 2, cap. 44 y 46, y lib. 3, c. 24. Garibay lib. 5, cap. 7. Beuter lib. 1, cap. 13. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, c. 11 y 12.)

Pasaron estas cosas, del año 478 hasta 333 antes de Cristo.

Por este tiempo los de Marsella, buenos amigos de Cataluña (N. E. no van a ser amigos, si les cogen el oro y la plata y los atontados no dicen ni “escolta noi, això és meu”), no se olvidaron, y quisieron venir a buscar la plata de sus minas que habían dejado, armaron su flota en ocho bajeles grandes, y otros pequeños, llenos de pueblo, hombres, mujeres, y niños, intentaron el desembarco en la playa de Rosas: no les pareció a los naturales admitir tanto pueblo, tomaron las armas los lugares vecinos , y los pueblos Indigetes.

Otra causa da Beuter, que era venir esta armada, cuando los pueblos Portusios tenían cruel guerra contra los Laletanos, y Gerundenses por los términos, que había años que duraba, y temiendo los Indigetes que esta armada no viniese a favor de los contrarios en daño suyo, tomaron las armas, y les impidieron el desembarco.

Sea como quisieren, se retiraron los de Marsella, pararon a la isla de las Medas, y la poblaron; pero siendo el lugar corto para tanto pueblo, enviaron a la tierra firme de nuestros Celtas Indigetes, algunas barcas con los más viejos, y autorizados sujetos, llevando ramos de olivo en las manos en señal de paz, que les logró audiencia, en la cual publicaron venir amigos, y de paz, que eran de Marsella, que como había crecido tanto aquel pueblo, el común les enviaba a poblar otras tierras, eligiendo aquella por la unión de los Phocenses, y marselleses que estaban en Alba; y que les suplicaban les concediesen las Medas, sin embargo, ni oposición: a la cortés embajada de los de Marsella, respondieron nuestros catalanes celtas, que les concedían lo que pedían, asegurándolos de su amistad, y protección. (N. E. Las palabras exactas fueron “això està fet.”)   

Se conservaron algún tiempo los de Marsella en las Medas; pero como el lugar era corto, y el pueblo grande, no era fácil mantenerse, y resolvieron participar a sus amigos su intento de mudar terreno: los cuales vista su industria, y buena ley, les concedieron la tierra firme del lugar corto de Alba. El cual con la diligencia, aplicación, y arte creció tanto, que fue lugar nombrado. Viéndose los de Marsella poblados en Alba, con los Indigetes antiguos, les rogaron permitiesen fabricar una muralla para la división de las dos naciones, quedando los de Marsella a la parte del mar, para su trato, y los Indigetes a la de tierra (N. E. Seguramente no sabían nadar ni conocían el pescado de mar): lo concedieron nuestros paisanos; se ensanchó, se dilató; y creció el pueblo, con el comercio, artes, y aplicación, a ser la más frecuentada, y nombrada ciudad de España: acudían de la mayor parte de Europa tratantes con varias haciendas; tenían sus juntas, ferias, y dilatado comercio, y de este comercio mudó Alba su antiguo nombre en Emporium (N. E. me suena a latín), hoy Ampurias. (2: Episc. Gerun. in Par. c. de Urbibus quae fuerunt. Viladamor cap. 13. Flor. lib. 3, c. 23. Garibay lib. 5 c. 9. Beuter lib. 1 c. 12 y 13. Tito Livio dec. 4, lib. 3, cap. 4. D. Antonio Agustín Dialog. 6. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 13, 14 y 15. Marsil. Cris. de Cat. p. 1, c. 9 § 9.)   

De los tratos de aquel pueblo, y en particular del esparto, nació otro mejor pueblo, que fue la gran ciudad de Junquera, después catedral insigne, hoy sólo ejemplo de las injurias del tiempo. 

Fue Ampurias la ciudad de mayor comercio de España, poblada de los catalanes Indigetes, y de los marselleses, y Phocenses, divididos por la gran muralla, y con los romanos que admitieron, se formó de tres naciones tan célebre Emporio: para sus navíos, y contratos fabricaron un puerto muy capaz, del cual se hallan indicios en el convento de los padres Servitas, y para su defensa duplicados muros: para la fertilidad de sus campos las acequias de Ter, Fluvià, y Verges, con ilustres edificios para su adorno, y con buena, y numerosa casería para treinta mil familias que la habitaban: amiga, y enemiga de los romanos, y su colonia, obispado gobernando los Godos; y aunque derruida, es cabeza del condado de Ampurias, (3: Pujades citado, y Cris. de Cat.) hasta nuestro tiempo: desde los años 478 antes de Cristo hasta el de 335 pasaron en Cataluña los referidos sucesos. Por este tiempo enviaron embajada muy cumplida los de Marsella a los Celtas Indigetes, para darles gracias de haber admitido a sus paisanos, y del buen trato, y uniformidad de vida: pasada esta urbanidad por medio de los de Marsella, se tuvo noticia en Cataluña de los romanos. (4: Flor. lib. 3, cap. 11. Beuter lib. 1, cap. 14. Viladam. cap. 14. Garibai lib. 5, cap. 5. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 16.)

Como veremos en el siguiente capítulo.

Ter, riu, río, river, Fluss, fluvium, flum

3-9, De la hambre, peste, y segunda sequedad de España.

Capítulo 9.

De la hambre, peste, y segunda sequedad de España.

Aliviada España del proceder de Nabucodonosor, según el cómputo de los años, tuvieron algunos de quietud los españoles, y en ellos se olvidaron de los castigos antecedentes, pues provocaron nuevamente la suma justicia, que les castigó algunos años, y parecía volver la destrucción de España toda: pues aquellos años no favoreció el Cielo a la tierra con agua, cerrándose las fuentes de sus favores: faltando el Cielo, faltaron las fuentes, y ríos, se consumieron los bastimentos antiguos, acudió la hambre, llamó la peste, y de una, y otra fantasma de la vida pereció la mayor parte de los nacidos; creció el contagio, se multiplicaron las muertes; y sobre tanto mal, aún no satisfecho Dios ofendido, el año 500 antes de su divino nacimiento, abrió Eolo sus cuevas, y cavernas, salieron los huracanes, y torbellinos, tembló la tierra, reventó en volcanes, de forma, que todo era azote, venganza, e ira contra los desconocidos a los favores divinos: quien más sintió el castigo fue Cataluña en los Pirineos, o por más culpada, o para que excediese a los demás pueblos en el arrepentimiento de los pasados errores. (1: Flor. lib. 2, cap. 40 y 41. Garibay lib. 5, cap. 5. Marián lib. 2, cap. 19. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 10.)

Lo más admirable fue, abrirse uno de los Pirineos, rompiéndose en una grandísima boca, que publicaba el secreto que escondía en lo precioso de la plata, ya hecho público a fuerza del violento temblor:

llegó la noticia a los Phocenses que se hallaban poblados en Alba; los cuales codiciosos, olvidados de los pasados castigos acudieron al monte, vieron la plata, avisaron a Marsella, se llevaron para la prueba, y conocido su valor cargaron cuanto quisieron, sin estorbo de nuestros paisanos que aún no lo entendían (N. E. Los atontados catalanes aún existen, y votan); bien que los Rodios del Ampurdán ya usaban moneda, pero debía ser de otro metal, o no era aún admitida en los otros pueblos de esta Provincia. (N. E. Muy bien, haces una moneda para intercambiar con los de tu pueblo. Amb dos collons.) 

(2: Pujadas lib. 2, cap. 10.)

moneda catalana, Barcino, Carol II, rex, Carlos II, 1674, Hisp.

Partieron los marselleses ufanos, gastaron largo, adornaron su ciudad; y aumentada con tal comercio, venían, y volvían cuando les parecía, y se levaron un inmenso tesoro. (N. E. Todo esto delante de las narices de los imbéciles catalanes de aquel tiempo.)

Vino la noticia a Cartago por los marselleses que allí contrataban, culparon a los agentes que tenían ya en Andalucía, se excusaron por vivir lejos, y más cercanos los de Marsella: confirmados con la disculpa se aseguraron del hecho, dieron crédito a la fama, dispusieron armada para venir a Cataluña, nombraron capitanes a los dos hermanos Asdrúbal, y Amiclar: pasaron estos a Cerdeña, se detuvieron embarazados por las guerras, murió Asdrúbal, y no pudo venir Amiclar por las revueltas de Sicilia.

Acabada la guerra de Sicilia, tuvo segundo orden Amiclar de pasar a Cataluña, y que antes ocupase a Mallorca: quiso ejecutar el orden: 
le enviaron delante algunas naves, que divididas a fuerza del temporal, fueron arrojadas unas a Ibiza, otras a Andalucía, y otras a Valencia, que esperando a Amiclar no pasaron adelante: había vuelto de Sicilia a Cartago Amiclar, pero no pudo venir, detenido para acudir a la guerra particular, y de la república, y a la de África: esto sucedió desde el año 500 antes de Cristo: y el 478 entraron los Ciudadanos de Cartago como veremos. En toda esta circunferencia de tiempo, no hallo que en Cataluña dominase nación extraña, habiéndose hermanado con los naturales (N. E. ¿qué naturales, los descendientes del inmigrante sin papeles Tubal?) las que habían entrado, gobernándose uniformes. 

(3: Medina lib. 1, cap. 18. Flor. lib. 2, cap. 41, 42 y 43. Beuter lib. 1, cap. 13. Mar. lib. 1, cap. 19. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 11.)

En la Andalucía, y otras partes de España, el año 562 antes de Cristo entraron los cartagineses con su capitán Messeo, primero tuvieron agentes, luego colonias, y últimamente dominaron toda Andalucía, Castilla, y aquellas Provincias: los hechos, guerras, y fundaciones dejo a los curiosos, que lo podrán ver en Morales, Garibay, y Mariana.

entraron los cartagineses con su capitán Messeo