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Anales de Cataluña. Tomo primero. Capítulo 1. De la fundación, nombre, división, y límites de Cataluña, y de la división de España, y Francia.

Tomo primero de los Anales de Cataluña.

Libro 1.

Contiene su población, división, breve descripción de sus montes, ríos, fuentes, baños, minas, y otras maravillas, con la relación de invenciones de imágenes de N. Señora, de los cuerpos santos extranjeros, que la favorecen, y de los conventos cuyas fundaciones se ignoran.

Capítulo 1.

De la fundación, nombre, división, y límites de Cataluña, y de la división de España, y Francia.

Cataluña en el principio fue criada como todo el universo, y nombrada como las demás Provincias, con el nombre común de la Tierra, pero buena; produciendo árboles, y flores obedeció al precepto de Dios, el cual habiendo ya criado el azul viril tachonado de luces, y dividido el cristalino elemento del dilatado penzil de la Tierra, fabricó otro Mundo pequeño en Adán, para que meditase las grandezas del Cielo, hecho en la Tierra para su población, y aumento con su amada consorte Eva, sacada de su lado en la costilla. Criados, y constituidos Emperadores de la Tierra, felices con la gracia, ricos con los dones naturales, y sobrenaturales, ciudadanos del terrestre paraíso, apenas le gozaron, cuando vanos, y rebeldes se atrevieron a su Señor, que les condenó a destierro, trabajos, sudores, dolores, y muerte; justo castigo de desconocidos, e ingratos.

Peregrinos en la Tierra, y desterrados del fértil Jardín; en Caín, y Abel (al cual mató Caín) Seth, y algunas hijas dilataron su prole con los casamientos; (1: Génesis, 1. & 2. Joseph de antig. lib. 1.) y de estos nacieron muchísimos, hasta que con el número creció la malicia: dilatose el deleite, alentose la ira, encendiose la envidia, y el contagio de soberbia sobre la malicia, obligando a la Divina Justicia justamente indignada a perder, y acabar el humano linaje por el Diluvio, pesándole de haberle formado. (2: Génesis, cap. 2, ad S. ) 

La misericordia infinita moderó la suma Justicia ofendida, eligiendo a Noé con sus hijos, y mujeres, con las especies de los terrestres, y volátiles brutos, y aves, para que renaciesen del Arca pasado el rigor del Diluvio, después de año entero de encierro, y 1656 de la creación del Mundo, para nuevamente poblar la Tierra. (3: Amnio lib. 4, y 14. Pined. Lib. 1, cap. 1. Viladam cap. 1. Génesis 7.)

Pereció el Mundo pecador, salvose la naturaleza en Noé santo; bajando del arca con su familia rindió en debidos obsequios, y sacrificios a Dios las gracias, formó después chozas, y cabañas para los suyos en un collado del Monte Caspio, donde sus hijos Sem, Cham, y Japhet, multiplicaron el humano linaje, y bajando al llano, dejada su primera población a la cual llamaron Sale Noha; excusáronse los demás de dejar la Montaña temerosos de otro Diluvio, a los cuales obligó Noé a seguir sus Padres, para que pudiesen dilatarse a poblar el Orbe; llegaron juntos al Campo Sennaar, a donde Nembrot nieto de Cham, altivo, e ignorante pensó escalar el Cielo con la torre de Babel, castigando Dios su vanidad altiva, con la diversidad de lenguas, no entendiéndose, ni entendiéndole; desprecio acomodado a su vanidad altiva, y propio de la soberbia. (4: Génesis, à cap. 7 ad 10.)

Dividida la frase, y modo de hablar en setenta y dos lenguas, siguieron el vínculo del lenguaje, (que es el más constante, y unido aprecio del amor) uniéronse porque se entendían, apartáronse de los que no entendían, y dividieron entre sí la redondez del Orbe: O bien eligiendo las Provincias, guiados del mayor de su Estirpe, o disponiéndolo Noé, y consignándoles las Provincias, que debían poblar, que es lo más cierto. Dividió pues Noé la Tierra en tres partes, Asia, África, y Europa, y amaestrados sus descendientes con las ciencias divinas, y humanas, les mandó partir a obedecer su decreto; concediendo a Sem el dilatado País de Asia, a Cham el caluroso de África, y a Japhet el fértil de Europa. 

(5: Cassan *Catglo. mundi. Icart ca. 1. Beroso lib. 1, cap. 5. S. Ant. Pag. 1. Turs. Epis. Hist. Lib. 1. cap. 3. Pined. Lib. 1. cap. 21.)     

Dividiose el Mundo por Noé en sus hijos año 101 después del Diluvio; vino a Europa Japhet, envió a poblar la Tierra, que hoy se llama Cataluña con lo demás de España a Tubal, año del Mundo 1788, del Diluvio 143 antes del Divino Nacimiento 2174, bien que otros llevan otra cuenta, (6: Joseph de antig. Lib. 1, cap. 2. Euseb. San Ger. Taraf. Cor. De Esp. fo. 1. Vilad. Carbonell, Cor. De Esp. ca. 1. Pujadas, Lib. 1. cap. 1. Pined. l. *19.)  

Estaba la tierra de España enriquecida de minas, ríos, y fuentes; matizada de hierbas, y flores; poblada de árboles, y frutos; pero despoblada de hombres, y ganados.

Vino Tubal quinto hijo de Japhet a Cataluña para poblarla, y así será importante saber, que cosa es Cataluña, que partida de tierra, y cuanto comprende en sus límites. Cataluña pues, es provincia de España la más vecina a Francia hacia el Norte, la tierra que ocupa esta provincia en sus límites, y a donde llega hacia la Francia, Aragón, y Valencia, ha sido muy controvertido por el poco cuidado de nuestros antiguos catalanes, que sólo supieron ocuparla, y exaltarla; pero no delinearla, y distinguirla, que dio motivo a varios disgustos.

Año 1242 le dio los límites, y distinguió a Cataluña de Francia, y Aragón, designando lo que era Cataluña, el Señor Rey Don Jayme I, diciendo que Cataluña se comprendía en los términos de Salsas, a Cinca, y de Cinca hasta Tortosa. Más cuidadosos los extranjeros explicaron con mayor claridad la Tierra que se comprendía en la Provincia de Cataluña, dándole los límites de Salsas al Valle de Andorra hasta Cinca, y de Cinca a Ebro, río abajo hasta volver a encontrar a Cinca, y siguiéndole hasta el Mar por la costa hasta llegar a Salsas. (7: Volum. 3. Const. Año 1585. tit. De Pau, y Treva. Miedes lib. 6. cap. 1. 2. 4. 6 y 17. Botero lib. 1. Pujadas, Lib. 1. cap. 8. Processo de las Cortes de 1534. Arch. De la Deputación.)   

Estos son los verdaderos términos de Cataluña, y toda la tierra, que se incluye en su circunferencia, es sin duda de Cataluña, y con estos términos se entenderá, y probará su (idemptidad) identidad; que es al Oriente el Mar Mediterráneo, y la Gallia Narbonense; al Poniente Aragón; a Medio Día Valencia, y el Mar; y al Norte Aragón, y Gascuña. (8: Cris. de Cat.. Pag. 1. § 3. Pujadas, Lib. 1, cap. 8. Botero (.) Miedes.)

Esta es la identidad, falta saber la circunferencia para entender cual es el último lugar de Cataluña en sus cuatro términos: la circunferencia es, tomando la linea de Salsas, que se encamina al Perellos, de este a Vingran, Taltaul, Astagel, Regla, Margevol, Arbusols, Musset, Coll de Jou, Puig Valedor, Font Rubios, Partès, Laveto Coronado; y de aquí por el Puerto del Platero sube al Puerto de Saversacorba, Martellat, Boet, nuestra Señora de Montgarra, San Lupo, Oñà, Hares de Sus, y baja por Bausen al Puerto de Piedras Blancas, que es la Valle de Aràn; de aquí se encamina a Benavarri, y a las Fuentes de Cinca; de estas corre siguiendo a Cinca hasta topar el río Ebro, y atravesándole, sube la linea hasta Berruso, y a la Puebla de Massalù (Pobla de Massaluca), hasta el río de Algàs (Algás, Algars), que es el que divide a Cataluña de Aragón al Poniente, y tomando esta linea se encamina hasta el Medio Día, subiendo por el río Algás a las Piñeres, Caseres, Arenes (Arnes o Arenys, Areñs de Lledó), y al Puerto de Betsaù (Beceite, Beseit), y de aquí atraviesa el río de la Cenia, dejando a mano derecha el Convento de Benifaçà, que ya es de Valencia, y este río Cenia, divide a Cataluña de Valencia al Mediodía, pasando a una villa de Cataluña llamada Cenia, que da nombre al río, que siguiendo su curso, pasa entre dos Ventas, una de Valencia, y otra de Cataluña, por donde atraviesa el Real Camino, dejadas las villas de Ulldecona, y el Cañar (Alcanar), que son de Cataluña a la mano izquierda, y acaba su curso en nuestro Mar Mediterráneo.

Continúa esta linea de Mediodía al Oriente desde la Cenia por la ribera, y costa del mar, hasta llegar a Leocata, y Salsas, comprendiendo todos los lugares, pueblos, ríos, y montes, que están en esta linea; y todo esto es Cataluña. (9: Pujadas, Cor. de Cat.. Lib. 1. cap. 8. Corbe. Cat. Ilust. Fol. 35 ad 37.)

Tiene Cataluña de latitud ochenta leguas, y de circunferencia en sus términos ciento y sesenta y ocho. (10: Tab. Geog. Cataluña in major Adla. Cris. de Cat.. Pag. 1. § 3.)

Comprendidos los límites de Cataluña importa la inteligencia de los nombres, que le dio la antigüedad para ser conocida. No tuvo en los primeros pobladores nombre particular Cataluña, porque unida con las otras provincias de España, tuvo después con el tiempo diferentes nombres por sus Reyes pobladores, como veremos. Por Tubal, que también fue Jobel, se llamó como las demás provincias de España, Tubalia, y Jobelia, y los pueblos Jobelos, y Tubales, y de Hibero Hiberia (Ibero, Iberia), de Hispalo Hispalia, de Hispan Hispania, por Espero Esperia, y por los celtas Cataluña sola, Céltica, y Setubalia.

(11: Vallseca; y Marquil. in usat. cum dominus. (Vivès) Vives, lib. 21, cap. 11. S. Gero. Sup. Ezeq. Plinio, Lib. 1, cap. 20. Justin. Lib. 44, cap. 1. Tarafa, fol. 3, 11, y 15. Pujadas, Cor. de Cat.. Lib. 1, c. 12 y 26.)   

Faltando los reyes en Abidis, último de los primeros, discordes los pueblos en elegir, divididos por el odio, y ambición, formaron provincias, y naciones por diferentes nombres conocidas. Cataluña en los referidos límites se dividió en doce repúblicas, o comarcas, como fueron Ceretanos, Ruysiliones (rosellones, del Rosellón), Indigetes, Betulones, Lacetanos, Sedetanos, Suesetanos, Cossetanos, Ilergetes, Acetanos, Ilercaones, y Ausetanos. (12: Plinio, Nat. hist. Lib. 3. cap. 3. Pined. Lib. 3. cap. 17. § 2. Pujadas, Cor. De Cat. Lib. 2, cap. 1.)      

A estos añadían algunos los Penos, que eran del Panadés, comprendidos en los Sedetanos, y Cossetanos; y los Phenicos, Portusios, y Bergusios, comprendidos en los Ilergetes; y los Castellaunos, que nombra Florián de Campo, eran los Lacetanos. (13: Beut. Lib. 1, c. 13 y 26. Garib. Lib. 6, cap. 3. Pujadas, lib. 2, cap. 1.)

En estos pueblos, y repúblicas se dividió Cataluña faltando sus reyes primeros, y así será bien entender dos límites, y tierras de estos pueblos, para comprender lo que se referirá de sus proezas. Los Ceretanos tuvieron los propios límites (que) tiene ahora Cerdaña. (14: Pujadas, Cor. Lib. 2. cap. 1) Ruysiliones ocupaba, Ruyssellon (Rosellón) por la costa, del Grao cabo de Cruces, y del mar al monte de Canigò. Indicetes, o Indigetes del cabo de Cruces hasta pasada Empurias. Betulones, y Lacetanos dominaban del río Llobregat hasta Blanes, encontrando con los Gerundenses. Sedetanos, y Suesetanos tuvieron su asiento de Llobregat al río Ebro.

Cossetanos extendían sus términos de la parte superior, o boca de Ebro hasta el río Llobregat a la parte de Monserrate. Acetanos, en los términos de los Ilergetes, y Cossetanos, tuvieron sus dominios. Los Ilergetes, del río Gállego entrando en Cataluña hasta el río Ebro, y por todo el río Segre, comprendiendo Urgel, Lérida (Ilerda, Ilergetes), y parte de Aragón, tenían su distrito. Ilercaones ocupaban de Tortosa a Burriana, y Castellón de la Plana; aunque Marcà (Pedro de Marca), lib. 2, fol. 126, dilató los términos hasta Villa Franca (Villafranca), que es Cartago vieja. Ausetanos partieron límites con los Cossetanos, y Indigetes desde Llobregat, tierra adentro hasta Vique. (15: Plinio, Nat. hist. Lib. 3. cap. 3. Pujadas, lib. 2, cap. 1.)

Parece verdadera esta división, no obstante el sentir de Marca, porque faltando el pastor dividiose el rebaño, y de una sola provincia se formó tanta multitud: vinieron después a España los Cartagineses, y luego los Romanos, y a nuevos señores, se siguieron nuevos nombres: dividiose España, por los romanos en Citerior, y Ulterior, quedando Cataluña con los pueblos nombrados con el nombre de España Citerior. (16: Med. pa. 1, cap. 1. Moral, des. De Esp. c. 2. Vaseò, lib. 1, cap. 9. Nebris in prologo. Cataluña España citerior. Cataluña España Tarraconense.)

Dilataron los romanos sus conquistas, y vencidos sus émulos, hechos ya Señores de España, la dividieron en Tarraconense, que fue la Citerior, y principal, cuya cabeza, y Metrópoli era Tarragona; en Bética, que fue la Andalucía; y Lusitania, que comprendía Portugal, y Extremadura, que antes eran Ulterior. (17: Icart, à cap. 11. Nebris, Prolog. Vaseò, lib. 1, cap. 8. Pujadas, lib. 2, ca. 26.)

Últimamente llegó Cataluña a coronarse con su glorioso nombre, alabado, engrandecido, ponderado, respetado, y temido de todas las naciones en Otger Catalòn (Catalon según Bofarull), y los que le siguieron: sin que las opiniones contrarias puedan prevalecer contra la verdad de las escrituras antiguas, y acreditados varones de todos los reinos, que la defienden contra corto número de opositores, y divididos, pues cada cual va por diferente camino. Y respondiendo a todos, digo que ni en el tiempo de los Alanos, y Godos, y otras naciones, ni por la victoria, que consiguieron los de esta provincia en Francia, quedando al lugar, nombre de Campo Catalán, (Chaalons en Francia) ni por otra ocasión antigua, permaneció tal nombre; y lo cierto es, que fue exhalación, que luego desapareció, quedando siempre Cataluña con el nombre general de España; pero desde que Otger Catalon vino a Cataluña hasta al presente tiempo, le ha durado su nombre; infiérese deberlo a la venida de Otger, y no a lances antecedentes, supuesto no le quedó tan glorioso timbre. (18: Inscrip. De San Miguel de Cuxa (Cuxà, Cuxá): año 785. Marquil, usat cum dominus nu. 3. Thomich (Tomich), cap. 15. Gerónimo Paulo, en el prin. Taraf, cap. Pelagi, Calça, lib. 1, cap. 1. Wolfango, lib. 10, año 787. Gerardus Mercat, pag. 188. Lucio Mar. Lib. 2. Valla de reb. Fer. Lib. 1. Beut. Lib. 2, cap. 12. Visian, hist. Valent. Fol. 15. Bledo, rest. De España, lib. 3, ca. 4. Escolano, hist. De Valen. Dec. 1, lib. 2, c. 17. Mart. Hist. De San Juan de la Peña, lib. 1, cap. 23, 26, 37. Carrillo, lib. 3, fol. 190. Borrello, cap. 46. Aug. Dial. 4. Bosch, tit. De honor de Cataluña, lib. 2, cap. 11.)        

Esta es Cataluña, esta es su gloria, este su nombre, y este su crédito: dividiose también en lo espiritual, como veremos, en la primitiva iglesia en diferentes obispados; en nuestro tiempo en un arzobispado, y ocho obispados; en lo temporal en condados, vizcondados, varvesorías, veguerías, y sotveguerías (subveguerías, occitano sotz, sot : catalán sota : sub), contenidos en once ciudades, y 2374 villas, y lugares grandes; añadiendo Carbonell Coronica de España, fol. 86, que en Cataluña hay treinta mil parroquias ; permita Dios se dilate, y aumente para más servirle. (19: Peñalosa, Excelen. De los Españoles, cap. 1.)

Asegurado, qué es Cataluña en sus límites, y nombre, importa la inteligencia de su división de Francia, y de cuál es el lugar, que divide a estas dos provincias, que tan varias ocasiones se ha controvertido, y aun casi decidido, más con arte, que razón, fundándolo en mapas, y autores (inverisimiles) inverosímiles. Hemos pues de asegurar, siguiendo el más antiguo, verdadero, y inteligente cosmógrafo Estrabón de Situ Orbis, lib. 4, que los límites de España, y Francia, se hallan en el lugar adonde están los trofeos de Pompeyo. Aclaman a Estrabón los franceses, y aseguran su crédito, e inteligencia, síguenle el obispo de Gerona, en su Paralipomenon, Francisco Compte, y otros insignes varones, que lo aseguran en la experiencia, no pudiéndose añadir al vigilante cuidado del P. Gaspar Roig. (20: Estrabón de Situ Orbis, lib. 4. Epis. Gerun. Paralipome. Hisp. Lib. 1, cap. De terrae Ruysilion. Compte, cap. 23 y 8. Pujadas lib. 3, cap. 67. Padre Roig, Resum. Hist. à fol. 135.)

Quedando averiguado, como es cierto, que la división de España, y Francia, es el lugar de los trofeos de Pompeyo; y que estos ciertamente se hallan en los Pirineos, como referiremos lib. 5, cap. 7, falta saber adonde hallaremos este lugar, y puesto; sienten Abraham Ortelio, y Gerónimo Paulo, que se hallaban estos trofeos en el promontorio de Cervaria, en una rama de la cordillera de las montañas de Albera; (21: Ortellio, Cos. Asperi glis. Pag. 1. Gerónimo Paulo, de montibus.) pero de su misma narrativa se infiere la equivocación, pues aseguran, que aún se hallan vestigios; pero ni indicios, ni cosa que lo parezca, se halla; como lo averiguó el Padre Roig, y lo asegura, como testigo del País, Bosch. (22: Bosch, tit. De honor. De Catal. Lib. 2, cap. 20, § 2.

La aguda torre del collado de la Massana, cerca del promontorio de Cervaria, que pretendieron Monsiur de Marca, y el obispo de Orange, aunque en otras cosas varios, y por orden de este, el abad Sala de San Cucufate, ser los trofeos, como también lo siente Balusio (Baluze, Baluzio), así se engañan en esto, como en querer sean la ciudad de Pamplona; porque estas opiniones van contra la verdad de la historia, y les falta la inteligencia de la romana; pues como refieren los antiguos, en Roma sintieron mal de esta vanidad de Pompeyo, y no lo fuera ni mal admitido obsequio, fabricar una ciudad para aumento, y gloria del Imperio, ni una Torre para atalaya, como lo acostumbraron romanos, y cartagineses, y de esta acción no debía formar quejas el Senado Romano. (23: Dion. Hist. Lib. 41. Pujadas, lib. 1, cap. 4, lib. 2, cap. 27. Padre Roig, Resum. Hist. Fol. 138.)

Las argollas de los puertos de Andorra, y Altavaca, que sienten otros ser los trofeos referidos, es cosa sin fundamento; porque de fijar estas argollas, no podían quejarse los romanos, ni eran tales demostraciones sobradas a las victorias de tal héroe, aunque colgase en ellas las Armas de los vencidos; ni el lugar es a propósito como lo enseña la experiencia, para juntarse allí el numeroso ejército de Pompeyo, a celebrar aquellas suntuosas fiestas, y sacrificios, que refieren las Historias.

Excluidas estas opiniones, falta averiguar el lugar cierto de los Trofeos, y es sin dificultad aquel ramo, o cordillera de los Pirineos, de la otra parte de Ruyssellon, que baja de Canigò, hasta la fuente de Salsas, y promontorio de Laucata. Véanse los autores citados, núm. 9, y este lugar concuerda con lo que siente Salucio, de los trofeos, que eran de piedra por la duración, y acuerdo de las proezas, y en este lugar fueron como mojones, y términos de estas provincias, dejándoles en el límite de la dominada, y al entrar a la que pretendían dominar, o castigar, como se infiere de la Epístola de San Gerónimo, a nuestro Santo Barcelonés Ripario.

En este lugar pues, como lo averiguaron Francisco Compte, y el P. Gaspar Roig, y podrán asegurarse los que pretendieren saber la verdad, se hallan cincuenta y dos montecillos artificiales, que aún se conoce haber sido las Peñas puestas con arte, unas sobre otras, y formado aquellos montes, o pirámides, y aunque el tiempo haya unido los peñascos, bien se distinguen los encajes, y divisiones de una a otra peña, aplicando trabajo. Dilátanse estos cincuenta y dos montes, desde la raíz de los Pirineos en la tierra de los Fonolledas, al pie de la montaña, que divide a los Corberans de los Fonolledas, y que empieza a bajar del collado de S. Luis (Luìs en el original), a la parte de Levante hasta el cabo de la Flandi, en el término de Caldes; son estos montes todos iguales, de forma piramidal, y propiamente pirámides para acuerdo, y verdaderamente trofeos; y mirándoles así por la linea, parecen de una majestad ostentosa, y muy venerable antigüedad. Este lugar es dilatadísimo, y capaz del ejército de Pompeyo, y de la ostentosa demostración de galas, y fiestas: de esta vanidad pudo ofenderse Roma, y disgustarse por la soberbia fábrica en que gastaron tiempo, y dineros, sin otro fruto, que pretender inmortalizar su gloria vana (vanagloria) el Gran Pompeyo, en daño de los progresos de la República, teniendo ocupado inútilmente su Campo, cuando la Francia se oponía a la República. Asegúrase ser estos montes los límites de España, y Francia por la distancia, refieren los citados autores, que hay desde Narbona hasta los límites de España, que son sesenta y tres millas, y estas hallarán justamente de este referido lugar a Narbona; de que se sigue claramente, que hallándose estos montes a la otra parte de Rosellón, y este dentro de la linea de estos montes, a la parte de España, lo es sin dificultad alguna, debiéndose tomar la división de España, y Francia, de estos montes.

Ni valen las cavilaciones, mapas, equivocados, y no entendidos privilegios, que refiere el arzobispo Marca, (de que le nota Balusio,) porque como tan entendido no ignoraba la causa porque en tiempo de los romanos algunas ocasiones, y en la libertad de esta Provincia de la tiranía de los Moros algún tiempo, fue comprendido Rosellón en el gobierno de la Septimania, o Narbonés Gallia; que fue porque acostumbraban los romanos dilatar el gobierno de los pretores romanos, que residían en aquellas Provincias, por la comodidad de la defensa, y administración de justicia; y en tiempo de los Moros, porque se libraron primero enteramente, que las que se hallaban de esta parte: libró al Rosellón Carlo Magno, y no fue sobrado encargarle al gobierno de la Francia, o de los cabos tenía en aquel distrito; pero esto no fue ni pudo ser quitar a Rosellón ni a Conflent, de España, porque se hallan siempre comprendidos en sus límites, y aunque España gobierne a Francia, y franceses a España, no dejará España de serlo, ni Francia será España.

Y para quitar toda duda véanse Estrabón, lib. 3, y los referidos, y hallarán patente, y clara la división de España, y Francia con señas palpables, y visibles, que la declaran con toda individualidad, y son según concuerdan todos: que los límites de España, y Francia son los Montes Pirineos, y que los de la parte de España son fértiles, fructíferos, y poblados de árboles, y los de la parte de Francia se hallan secos, áridos, y sin árboles, ni rastro de amenidad; adviértase la diferencia con la vista, y admiremos la suprema providencia de Dios, en dividir estas dos Naciones, manifestando quererlas apartadas, y distintas; supuesto les dio distinción tal, y como a muralla a los Pirineos, para que una no entrase dentro los límites de la otra: y con tal providencia dispuso esta separación, que formó una linea de división en la cordillera de los Pirineos, quedando sólo los Puertos, y desaguaderos para la comodidad; pero continuando la misma cordillera, y linea de los montes, de un puerto a otro.

No sólo manifestó Dios, la división de Francia, y España por los montes Pirineos, y diferentes calidades (cualidades) de los españoles, y franceses, sino también con otras particulares maravillas, especialmente de las aves llamadas francolines, que se crían, y cazan a la parte de España, y pasada la linea referida de división, no sólo no se hallan, pero si las quieren entrar, mueren, y por esto las llaman los franceses, los verdaderos españoles; y de un pez, que se cría en la laguna de Salsas, que es en la división de Francia, y España, de tal forma, que parte de ella es de España, y parte de Francia; y el tal pez, sólo se halla en la laguna de la parte de España, y jamás se ha hallado, ni pescado en la parte de Francia, al cual también llaman verdadero español; de que claramente se infiere el límite, y término de España referido, y el cuidado particular del Cielo en declararle. (24: Bosch, tit. De hono. De Cata. Lib. 1, cap. 29, § 2. Fr. (Grabiel) Gabriel August. Christ. De la verd. § 2.

A los autores, y opiniones, que quieren la división de España, en la Sierra que va del Templo de Venus, o Port Vendres a Colibre; y a los que sienten ser Colibre de la Gallia Narbonense, se satisface, con que se engañan en señalar Colibre, y en asegurar, que la postrera región de España, es de los Indigetes, o Empuritanos; pues de Ampurdán hasta Port Vendres, va otra región, y territorio, y esta debía ser la última, y no el Ampurdán. Satisfacen estas opiniones (aunque poco fundadas) Pujadas, y el P. Roig, allá se podrá ver, que para nosotros bastan las razones ponderadas, fundadas en la experiencia, con las cuales fácilmente quedarán destruidas las opiniones contrarias, asegurando, que el Templo de Venus, y Port Vendres no es todo uno, como fingen; porque el Templo de Venus, fue edificado en el promontorio de Laucata, o en el lugar de los Trofeos de Pompeyo, (25: Compte, d. Loco. P. Roig, Ref. Histo. Fol. 146.) y no en Port Vendres. Equivocados con el nombre los autores quieren la división de España, en el Templo de Venus, o Cervaria, como también se equivocan Mela, Claudio, y Ptholomeo (Ptolomeo, Tolomeo), a los cuales siguen Diago, Zurita, Nuñes, y Ortelio, refiriendo ser villa, o lugar, y la que hoy es Colibre; siendo constante ser un promontorio marítimo, y inhabitable; y no menos se engañan en la descripción de Cataluña, de Poniente a Levante, pues primero ponen a Barcelona, que al río Llobregat; con que no es maravilla hayan tomado equivocación en designar el Templo de Venus, y el promontorio de Cervaria.

Omito asegurar, que Conflent es del condado de Cerdaña, pues desde la primera antigüedad está unido a él: consta de los Testamentos de todos los condes de Cerdaña, que se hallan en el Real Archivo, y en ellos siempre se hallará, que disponían de Cerdaña, y Conflent: Ni hace al caso ser del obispado de Elna, porque tierras de Cataluña son de obispados de Francia, y tierras de Aragón, y Valencia de los de Cataluña, y es muy distinto el término espiritual, y su jurisdicción, de la temporal; menos quiero tratar de cuán sin pretexto se detiene la Francia parte de Cerdaña, pues jamás han puesto en duda los Antiguos, y modernos ser esta toda de España, ni han imaginado poderle quitar parte. (26: Estrabón lib. 3. Plinio, lib. 3, cap. 3. Conrado Erabacio, Veronense, y Trifernate.)

Debemos sólo inferir de lo referido, y asegurar para España al Rosellón, y que siguiendo los reales privilegios, decretos reales, y deliberaciones de Cortes, confirmados con solemnes juramentos desde el Señor Rey Don Jaime II hasta el Señor Rey D. Felipe II, no se ha podido separar el Rosellón del condado de Barcelona, ni de la Corona de Aragón, y no sólo el Rosellón, pero ni Mompeller, Barrades, y los estados del Llenguadoch, porque no pudo alienarlos el Rey Don Jaime de Mallorca en daño del fideicomiso, sin voluntad del Señor supremo, que es el Rey de Aragón; y Conde de Barcelona; demos fin al capítulo, que aunque importante, es dilatado.

Lingua Occitana. Catalaunensis : Chaalons, Châlons.