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4-1, De la venida de los marselleses, fundación de Ampurias, y como dilató su dominio Cartago en España.

Libro 4 de los Anales de Cataluña. 

Entran los cartagineses, y guerra contra los catalanes: entrada de los romanos, hasta sacar a los de Cartago de España: y vuelta a Roma de Publio Cornelio Scipion. 

Capítulo 1.

De la venida de los marselleses: fundación de Ampurias, y como dilató su dominio Cartago en España.

Todavía hasta este tiempo olvidan las historias a Cataluña, puede ser que como no entraban con grande poder los extraños, fuesen poco admitidos (N. E. Y puede ser que, como no existía, no la nombren los autores); y aunque entrasen con poder, si faltó el agasajo, fuesen vencidos; y que solicitasen antes los cartagineses vencedores asegurarse de las otras Provincias, para poder con mayor seguridad dominar la nuestra, dejándola por entonces en su quietud, y gobierno.

Parece que ya Cartago quiso dominar a Cataluña, enviando a España para refuerzo de su ejército 500 ciudadanos de la misma república, y luego Sapho hijo de Asdrúbal para guerrear en la Mauritania, y últimamente Himilco, y Hannon con orden de obligar con el agrado, y destreza: arte que les dio a Mallorca, y de allí solicitaron la amistad de los saguntinos que no alcanzaron; y es cierto era el camino más trillado, y seguro para el dominio de esta Provincia, por ser (estar) Sagunto tan cerca, y tan unida con los pueblos de Cataluña como se refirió cap. 6, lib. 3. (1: Marin. lib. 1, cap. 20. Flor. lib. 2, cap. 44 y 46, y lib. 3, c. 24. Garibay lib. 5, cap. 7. Beuter lib. 1, cap. 13. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, c. 11 y 12.)

Pasaron estas cosas, del año 478 hasta 333 antes de Cristo.

Por este tiempo los de Marsella, buenos amigos de Cataluña (N. E. no van a ser amigos, si les cogen el oro y la plata y los atontados no dicen ni “escolta noi, això és meu”), no se olvidaron, y quisieron venir a buscar la plata de sus minas que habían dejado, armaron su flota en ocho bajeles grandes, y otros pequeños, llenos de pueblo, hombres, mujeres, y niños, intentaron el desembarco en la playa de Rosas: no les pareció a los naturales admitir tanto pueblo, tomaron las armas los lugares vecinos , y los pueblos Indigetes.

Otra causa da Beuter, que era venir esta armada, cuando los pueblos Portusios tenían cruel guerra contra los Laletanos, y Gerundenses por los términos, que había años que duraba, y temiendo los Indigetes que esta armada no viniese a favor de los contrarios en daño suyo, tomaron las armas, y les impidieron el desembarco.

Sea como quisieren, se retiraron los de Marsella, pararon a la isla de las Medas, y la poblaron; pero siendo el lugar corto para tanto pueblo, enviaron a la tierra firme de nuestros Celtas Indigetes, algunas barcas con los más viejos, y autorizados sujetos, llevando ramos de olivo en las manos en señal de paz, que les logró audiencia, en la cual publicaron venir amigos, y de paz, que eran de Marsella, que como había crecido tanto aquel pueblo, el común les enviaba a poblar otras tierras, eligiendo aquella por la unión de los Phocenses, y marselleses que estaban en Alba; y que les suplicaban les concediesen las Medas, sin embargo, ni oposición: a la cortés embajada de los de Marsella, respondieron nuestros catalanes celtas, que les concedían lo que pedían, asegurándolos de su amistad, y protección. (N. E. Las palabras exactas fueron “això està fet.”)   

Se conservaron algún tiempo los de Marsella en las Medas; pero como el lugar era corto, y el pueblo grande, no era fácil mantenerse, y resolvieron participar a sus amigos su intento de mudar terreno: los cuales vista su industria, y buena ley, les concedieron la tierra firme del lugar corto de Alba. El cual con la diligencia, aplicación, y arte creció tanto, que fue lugar nombrado. Viéndose los de Marsella poblados en Alba, con los Indigetes antiguos, les rogaron permitiesen fabricar una muralla para la división de las dos naciones, quedando los de Marsella a la parte del mar, para su trato, y los Indigetes a la de tierra (N. E. Seguramente no sabían nadar ni conocían el pescado de mar): lo concedieron nuestros paisanos; se ensanchó, se dilató; y creció el pueblo, con el comercio, artes, y aplicación, a ser la más frecuentada, y nombrada ciudad de España: acudían de la mayor parte de Europa tratantes con varias haciendas; tenían sus juntas, ferias, y dilatado comercio, y de este comercio mudó Alba su antiguo nombre en Emporium (N. E. me suena a latín), hoy Ampurias. (2: Episc. Gerun. in Par. c. de Urbibus quae fuerunt. Viladamor cap. 13. Flor. lib. 3, c. 23. Garibay lib. 5 c. 9. Beuter lib. 1 c. 12 y 13. Tito Livio dec. 4, lib. 3, cap. 4. D. Antonio Agustín Dialog. 6. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 13, 14 y 15. Marsil. Cris. de Cat. p. 1, c. 9 § 9.)   

De los tratos de aquel pueblo, y en particular del esparto, nació otro mejor pueblo, que fue la gran ciudad de Junquera, después catedral insigne, hoy sólo ejemplo de las injurias del tiempo. 

Fue Ampurias la ciudad de mayor comercio de España, poblada de los catalanes Indigetes, y de los marselleses, y Phocenses, divididos por la gran muralla, y con los romanos que admitieron, se formó de tres naciones tan célebre Emporio: para sus navíos, y contratos fabricaron un puerto muy capaz, del cual se hallan indicios en el convento de los padres Servitas, y para su defensa duplicados muros: para la fertilidad de sus campos las acequias de Ter, Fluvià, y Verges, con ilustres edificios para su adorno, y con buena, y numerosa casería para treinta mil familias que la habitaban: amiga, y enemiga de los romanos, y su colonia, obispado gobernando los Godos; y aunque derruida, es cabeza del condado de Ampurias, (3: Pujades citado, y Cris. de Cat.) hasta nuestro tiempo: desde los años 478 antes de Cristo hasta el de 335 pasaron en Cataluña los referidos sucesos. Por este tiempo enviaron embajada muy cumplida los de Marsella a los Celtas Indigetes, para darles gracias de haber admitido a sus paisanos, y del buen trato, y uniformidad de vida: pasada esta urbanidad por medio de los de Marsella, se tuvo noticia en Cataluña de los romanos. (4: Flor. lib. 3, cap. 11. Beuter lib. 1, cap. 14. Viladam. cap. 14. Garibai lib. 5, cap. 5. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 16.)

Como veremos en el siguiente capítulo.

Ter, riu, río, river, Fluss, fluvium, flum

3-3, De la población segunda de España, y venida de los Célticos.

Capítulo 3.

De la población segunda de España, y venida de los Célticos.

Vinieron, pues, de su destierro los españoles, y como referimos los catalanes primero, y hallando sus pueblos derruidos, o temiendo otro castigo, buscando el consuelo apetecido en el agua, poblaron las orillas de lo más hondo del Ebro, y tierras de Idubeda, y acudiendo otros, entraron adentro de la Provincia. Los primeros que vinieron a la renovada población de España, de los extranjeros, fueron los franceses Celtas de Narbona, Mompeller, y Marsella; o siguiendo a los catalanes que se habían recogido en aquellas Provincias; o bien curiosos de confirmar las verdades que debían publicar, nuestra gente, de la fertilidad del país, o tal vez por la natural inclinación de avecinarse en España. Con la venida de estos, y con la población de Ebro, se perdió el nombre antiguo de España; y por nuestros paisanos que se llamaron Iberos, tomó España el nombre de Iberia, y por los Celtas que por el trato de tantos años habían quedado amigos con nuestros paisanos, uniéndose las dos naciones, se llamaron Celtíberos. Estos que tomaron el nombre de Celtíberos se dilataron dentro de Aragón fundando muchos pueblos, quedando los catalanes a las riberas del Ebro, y con su nombre, pasando adelante entraron a dilatar esta Provincia: Refiere Tarafa, que por este tiempo vinieron algunos príncipes Lidios, y que vino Ascanio hijo de Eneas, el cual fundó Alba en Cataluña en el lugar donde se halla Ampurias, y Ascó en los Ilergetes; pero esto no lo he visto en otro, lo dejo bajo lo posible; vinieron los Celtas el año 1930 antes de Cristo, que a nuestra cuenta será del mundo 3009.

(1: Pujades de Viladamor Florián; y Mariana Cor. de Cat. lib. 2, c. 3. Tarafa de rebus His. c. lidi*.)

fundó Alba en Cataluña en el lugar donde se halla Ampurias