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3-9, De la hambre, peste, y segunda sequedad de España.

Capítulo 9.

De la hambre, peste, y segunda sequedad de España.

Aliviada España del proceder de Nabucodonosor, según el cómputo de los años, tuvieron algunos de quietud los españoles, y en ellos se olvidaron de los castigos antecedentes, pues provocaron nuevamente la suma justicia, que les castigó algunos años, y parecía volver la destrucción de España toda: pues aquellos años no favoreció el Cielo a la tierra con agua, cerrándose las fuentes de sus favores: faltando el Cielo, faltaron las fuentes, y ríos, se consumieron los bastimentos antiguos, acudió la hambre, llamó la peste, y de una, y otra fantasma de la vida pereció la mayor parte de los nacidos; creció el contagio, se multiplicaron las muertes; y sobre tanto mal, aún no satisfecho Dios ofendido, el año 500 antes de su divino nacimiento, abrió Eolo sus cuevas, y cavernas, salieron los huracanes, y torbellinos, tembló la tierra, reventó en volcanes, de forma, que todo era azote, venganza, e ira contra los desconocidos a los favores divinos: quien más sintió el castigo fue Cataluña en los Pirineos, o por más culpada, o para que excediese a los demás pueblos en el arrepentimiento de los pasados errores. (1: Flor. lib. 2, cap. 40 y 41. Garibay lib. 5, cap. 5. Marián lib. 2, cap. 19. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 10.)

Lo más admirable fue, abrirse uno de los Pirineos, rompiéndose en una grandísima boca, que publicaba el secreto que escondía en lo precioso de la plata, ya hecho público a fuerza del violento temblor:

llegó la noticia a los Phocenses que se hallaban poblados en Alba; los cuales codiciosos, olvidados de los pasados castigos acudieron al monte, vieron la plata, avisaron a Marsella, se llevaron para la prueba, y conocido su valor cargaron cuanto quisieron, sin estorbo de nuestros paisanos que aún no lo entendían (N. E. Los atontados catalanes aún existen, y votan); bien que los Rodios del Ampurdán ya usaban moneda, pero debía ser de otro metal, o no era aún admitida en los otros pueblos de esta Provincia. (N. E. Muy bien, haces una moneda para intercambiar con los de tu pueblo. Amb dos collons.) 

(2: Pujadas lib. 2, cap. 10.)

moneda catalana, Barcino, Carol II, rex, Carlos II, 1674, Hisp.

Partieron los marselleses ufanos, gastaron largo, adornaron su ciudad; y aumentada con tal comercio, venían, y volvían cuando les parecía, y se levaron un inmenso tesoro. (N. E. Todo esto delante de las narices de los imbéciles catalanes de aquel tiempo.)

Vino la noticia a Cartago por los marselleses que allí contrataban, culparon a los agentes que tenían ya en Andalucía, se excusaron por vivir lejos, y más cercanos los de Marsella: confirmados con la disculpa se aseguraron del hecho, dieron crédito a la fama, dispusieron armada para venir a Cataluña, nombraron capitanes a los dos hermanos Asdrúbal, y Amiclar: pasaron estos a Cerdeña, se detuvieron embarazados por las guerras, murió Asdrúbal, y no pudo venir Amiclar por las revueltas de Sicilia.

Acabada la guerra de Sicilia, tuvo segundo orden Amiclar de pasar a Cataluña, y que antes ocupase a Mallorca: quiso ejecutar el orden: 
le enviaron delante algunas naves, que divididas a fuerza del temporal, fueron arrojadas unas a Ibiza, otras a Andalucía, y otras a Valencia, que esperando a Amiclar no pasaron adelante: había vuelto de Sicilia a Cartago Amiclar, pero no pudo venir, detenido para acudir a la guerra particular, y de la república, y a la de África: esto sucedió desde el año 500 antes de Cristo: y el 478 entraron los Ciudadanos de Cartago como veremos. En toda esta circunferencia de tiempo, no hallo que en Cataluña dominase nación extraña, habiéndose hermanado con los naturales (N. E. ¿qué naturales, los descendientes del inmigrante sin papeles Tubal?) las que habían entrado, gobernándose uniformes. 

(3: Medina lib. 1, cap. 18. Flor. lib. 2, cap. 41, 42 y 43. Beuter lib. 1, cap. 13. Mar. lib. 1, cap. 19. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 11.)

En la Andalucía, y otras partes de España, el año 562 antes de Cristo entraron los cartagineses con su capitán Messeo, primero tuvieron agentes, luego colonias, y últimamente dominaron toda Andalucía, Castilla, y aquellas Provincias: los hechos, guerras, y fundaciones dejo a los curiosos, que lo podrán ver en Morales, Garibay, y Mariana.

entraron los cartagineses con su capitán Messeo

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El perro lazarillo toma el nombre de este personaje de la picaresca española.

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Edición de Rosa Navarro Durán.


Saludos al bar Tormes de Sigüenza, situado en la cuesta rompeculos, calle Humilladero 6, lo visitaba cuando estuve en la Safa trabajando de profesor. Muy buenas tapas y platos, cecina, ibérico, etc.