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4-12. Victorias de Escipión: se ajustan las provincias de España a la Citerior, la nombran Tarraconense: guerras de Cataluña.

Capítulo 12.

Victorias de Escipión: se ajustan las provincias de España a la Citerior, la nombran Tarraconense: guerras de Cataluña.

Conseguida la victoria tan cumplida de Cartago nueva, se le juntaron varios pueblos a Escipión, y agradecidos los Ilergetes que seguían a Indíbil, y Mandonio, con Edeso, dejaron el campo cartaginés, y se presentaron al romano Escipión, que les admitió, y volvió las prendas con toda voluntad, y aprecio.

El año 205 antes de Cristo, se encaminó contra Asdrúbal el romano Escipión, hallándose el africano engrosado con el socorro de Cartago, y con el africano rey Massinissa se embistieron fuertes los dos ejércitos con varia fortuna duro, y sangriento combate, que se concluyó con victoria del romano, huida de Asdrúbal, y Massinissa, libertad de los Celtíberos. españoles rendidos, prisión, y esclavitud de los cartagineses. 

Se detuvo Escipión en Andalucía, y al invierno vino a Tarragona, y noticioso de que Asdrúbal Barcino había pasado a Italia, o que en España quedaba Massinissa, y Asdrúbal Gizón divididos, y que de África había llegado con fuerzas Hanón Barcino, el cual se había juntado con Magon, se encaminó al oposito de estos, y les venció, y triunfaron gloriosos del africano Marco Julio Silano, y Lucio Escipión elegidos (erigidos) contra Asdrúbal Gizón.

No faltaba a Escipión más, que concluir con Massinissa, lo logró pues concertándose, hecho amigo de los romanos volvió a África; y los que quedaron de Cartago con Asdrúbal Gizón desistiendo del dilatado campo de España, se retiraron a un ángulo que fue Cádiz. 

Viéndose los romanos señores de España, quisieron corresponder, y premiar a la Citerior España, que era entonces lo que es Cataluña, a quien debían todo su crédito, y victorias, dilatando sus términos; y como antes en la Citerior, sólo se comprendía lo que es Cataluña, le añadieron lo restante de España, menos Andalucía, Portugal, y Estremadura, que tenían el nombre de España ulterior; y la Citerior, por la cabeza de la Citerior Tarragona, también se comenzó a llamar España Tarraconense.(1)

En este tiempo enfermó Escipión con peligro de muerte, que se publicó con varias novedades, y movimientos causados por los soldados romanos, por los españoles celtíberos, y catalanes españoles celtas que seguían a Indíbil, y Mandonio, queriendo sacar estos a los romanos de España, como lo habían conseguido de los cartagineses: fomentó Magon estos movimientos desde Cádiz, y escribió a Cartago por asistencias.

Salió el sol, y se serenó el tiempo con la salud de Escipión, que castigó a los romanos soldados, y quiso vengarse de nuestros españoles citeriores, y ulteriores; y entendido de Mandonio, e Indíbil, juntaron estos sus celtas, o catalanes, con algunos celtíberos que les seguían, y formaron un ejército de veinte mil infantes, y dos mil y quinientos caballos, se fortificaron en los pueblos sedetanos, y suessetanos de Cataluña, juzgando prevalecer al poder romano que ya dominaba a España: se previno el romano, y acudió a oponérseles, se dieron vista los ejércitos, se embistieron, y pelearon fuertes, y con gran constancia los catalanes, y de pequeños encuentros vinieron a campal batalla, en la cual murieron muchos catalanes, o de la Tarraconense Provincia, y también de los romanos.

No perdieron el ánimo, ni (descaecieron) decayeron los celtas catalanes, pues el siguiente día volvieron contra el romano ejército valientes, y resueltos; pero fueron vencidos, y retirados a la montaña, y Escipión consiguió la victoria, siguiendo a los se retiraban; de los cuales pereció la mayor parte, pero con pérdida de 1500 de los romanos, y pasados de 3000 heridos: Indíbil, y Mandonio, con el residuo del ejército que se salvó en la montaña, se ajustaron con los romanos con crédito, y cumplido aplauso de unos, y otros. (N. E. Olé, aplausos por perder.)

Viendo Escipión quietas las dependencias de España con gusto de Roma, volvió a la Patria triunfante, y glorioso, dejando en España por procónsules a Lucio Cornelio Lentulo, y a Lucio Manlio Accidino. (2)

dejando en España por procónsules a Lucio Cornelio Lentulo, y a Lucio Manlio Accidino.

4-4 Pasa Aníbal a Cartago, y esta nombra General de España a Asdrúbal:

Capítulo 4. 

Pasa Aníbal a Cartago, y esta nombra General de España a Asdrúbal: paz de Roma, y Asdrúbal: división primera de España: gobierno de Aníbal, y oposición de Cataluña. 

Habiendo nuestros pueblos alcanzado tan gloriosa victoria, se alentaron contra Aníbal: pasaron a Barcelona en daño muy particular de los enemigos, que precisó a Aníbal, por consejo de Asdrúbal, a dejar Barcelona, y llevarse la guarnición a Andalucía, adonde llegó; y fue enviado por Asdrúbal a Cartago, a la cual llegó con facilidad, y consiguió el gobierno de España para Asdrúbal. Nombrado gobernador, aseguró la amistad de sus confederados españoles de la otra parte de Ebro, fundó Cartago la Nueva, que es Cartagena (Cartago Nova). Advertidos los romanos solicitaron, y alcanzaron la amistad de Ampurias, y Sagunto, confirmándola nuevamente, y viéndose inferiores a la cartaginesa república, la convidaron con la paz por sus embajadores, que la admitieron concordes en dividirse la conquista, y país, concediendo a los romanos de los Pirineos a Ebro, y quedando con lo restante de España, de Ebro al estrecho los cartagineses: entonces se dividió España en Citerior, y Ulterior, siendo la Citerior poca cosa, por ser la parte de los romanos, que después fue mayor mejorados de fuerzas, y la Ulterior de los cartagineses, y esta es la primera división de España, en Citerior, y Ulterior. (1)

Mató a Asdrúbal un español celtíbero en venganza de la muerte de Tago su Señor: fue nombrado gobernador Aníbal, que vuelto de Cartago intentó romper con los romanos, buscando ocasión en la guerra contra Sagunto, que la logró; porque ofendidos los romanos de la guerra de Sagunto enviaron a Aníbal, y a Cartago para que desistiesen de la guerra, y tuviesen paz con los de Sagunto sus amigos; pero fue sin fruto la petición porque el intento de los cartagineses era romper la paz, y lo consiguieron en la repulsa que dieron a los romanos: los romanos embajadores, de Cartago vinieron a Cataluña para disponer los pueblos contra los de Cartago, pasaron a Aragón, y se detuvieron en Francia. 

(N. E. Ni Francia existía, ni Aragón, se refiere a los reinos en 1709.)

Se dispuso Aníbal para la guerra, decretó pasar a Italia, juntó noventa mil hombres africanos, y españoles, celtíberos, y ulteriores, agasajó los franceses para el pasaje, temiendo que si se le oponían juntos con los catalanes que siempre le perseguían en notable estrago de su ejército, o le perdería, o malograría la jornada de Italia. 

En este viaje de Aníbal por Cataluña para Italia, lo que más daño le hicieron, y detuvieron en varios encuentros, fueron los de Blanes, y su vecindad, con su General Theolongo Bachio, que venció en varios lances a los de Cartago, y su Patria Blanes le consagró estatua en reconocimiento de sus grandes hechos: la estatua se hallaba en Blanes, como refieren Florián (N. E. el que se lo inventó), Beuter, y Ciriaco, con la inscripción siguiente:

TELONGO BACHIO.

QVI POENO EXERC.

CVM HANIB. IN ITAL.

TRANSEVNTE. CVM.

S. P.  Q. R. CVM FA-

CTIONE. REIP. AMICA

SENSIT. BLANDENSES

STATVAM. D. D. 

Adelantándose con su ejército Aníbal dentro de Cataluña encontró mayor oposición en los Portusios, con los cuales tuvo varios lances antes de poder tener el paso seguro para la Francia, que logró después de reñida

guerra, por medio de un caballero muy estimado de aquellos pueblos: hallándose en Rosellón tuvo otros encuentros, y a lo último con arte pudo pasar por Francia a Italia; pero no tan a su salvo, que no hubiese de abrir paso primero en Rosellón con las armas, o tratar de granjear aquellos pueblos con agasajos para poder lograrle.

Se hallaban los ruiselloneses (roselloneses), y todo aquel distrito de montes de Cataluña armados para defenderse de Aníbal, juzgando quería sujetarles, y que sólo era ardid el tránsito, y seguro pasaje que pedía
(N. E. lástima que alguien no leyó este libro cuando Napoleón): alentaban a estos catalanes, las mujeres valientes Amazonas armadas en defensa de su honor, y Patria: advertían la guerra, y daños de los Portusios, y pueblos de la otra parte de Cataluña, y con temor del daño intrépidas se expusieron a los peligros; no obstante estas fuerzas, llegó Aníbal sobre Iliberis que es Colibre, que se hallaba bien defendida; fue primera en el tesón de defenderse Russino cabeza de aquellos pueblos, 
y de donde tomó el nombre Rosellón.

Viéndose Aníbal, en medio de estas dos plazas, y del catalán ejército formado de las mujeres, y hombres de aquellos distritos, habiendo en las pruebas antecedentes conocido su valor, despachó mensajeros a los principales del campo de los paisanos, asegurándoles toda buena correspondencia, y que para asegurarse si les parecía, podían venir con su ejército en sus líneas, o que él entraría en las suyas con toda amistad; sin pretender obligarles a más, que a evitar los lances de la guerra. (2)

Dieron los catalanes grata audiencia a los embajadores, y tomaron resolución de mover su Real, y partir al de los cartagineses: confirieron entre sí unos, y otros el modo de la concordia, y como se había de ejecutar el tránsito, y pasadas muchas pláticas resolvieron hacer alianza, o confirmar las amistades antiguas: formaron sus capítulos para que entendiesen como se había de continuar la paz, y entre otros, concordaron ambos ejércitos admirados del valor, y prudencia de aquellas catalanas mujeres, que supieron sujetar a los africanos; que si algún soldado cartaginés de los que residirían en aquellas fronteras, ejecutase alguna sinrazón en daño de los naturales, o de los vecinos franceses, los tales agraviados debiesen pedir justicia a los gobernadores cartagineses, y si los injuriados fuesen cartagineses, y los injuriadores del país de Rosellón, o Francia, debiesen los cartagineses agraviados pedir justicia a las mujeres de los agraviadores, y demás mujeres; porque se hallaban en tal altura las mujeres de aquel país, que entraban en los consejos de paz, y guerra, y no se debía ejecutar cosa sin su consentimiento, y aprobación: a esta capitulación obligaron las catalanas mujeres, al que tuvo a sus pies con el poder romano a toda Europa; cosa muy particular, y notable.

Hallándose en este tiempo los pueblos de Francia vecinos de Cataluña, armados para impedir la entrada a sus países (N. E. Els països catalans antics) a Aníbal, llegaron los franceses a Rosellón para unirse con los nuestros a la común defensa; y los supo tan bien obligar Aníbal, que firmaron paces de la forma que los catalanes quisieron: o juntos, como quiere Florián, los campos catalán, y francés, formaron las capitulaciones en la forma referida; consiguiendo con esto, y con algunos regalos presentados a los cabos franceses, pasar su numeroso ejército a Italia, después de tan dilatada, y cruel guerra; pero no sabemos si logró que se le entregase Colibre, y parece cierto quedó libre, supuesto que en el campo antes de rendida la plaza se firmaron las paces.

Berenguer de Palasol. Bérenguer, Berengiers, Berenguier de Palazol, cataloigna