Al hilo de dos largas cartas dirigidas a un juez, un joven y aparentemente exitoso asesor bancario desgrana sus inquietudes y desvelos, la amargura que se oculta tras la fachada de triunfo social.
En palabras de su autor, El urinario «forma una trilogía con La flaqueza del bolchevique y El ángel oculto. Las tres aluden a las nostalgias y las pérdidas de los estafados por el modo de vida que la actual organización del mundo impone a la mayoría de las personas.
En palabras de su autor, El urinario «forma una trilogía con La flaqueza del bolchevique y El ángel oculto. Las tres aluden a las nostalgias y las pérdidas de los estafados por el modo de vida que la actual organización del mundo impone a la mayoría de las personas.
Tengo la sensación, equivocada o no, de que esas personas (personas normales, que no anodinas, porque casi nadie lo es) tienden a estar insuficientemente representadas en la literatura (que prefiere ocuparse de seres bohemios, excesivos o desorbitados, a veces inexistentes).
Esta laxa trilogía vendría a ser mi homenaje a ellas.»