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Capítulo 2. De los montes de Cataluña.


Capítulo 2.

De los montes de Cataluña.

Tiene Cataluña su fortaleza en los Montes, y más en los coraçones (corazones) de sus hijos, tiene montañas muy particulares, como los Pirineos, tan conocidos en Europa, son muy eminentes, y de los más altos que se hallan en esta parte de tierra, célebres por la variedad de pastos, flores, hierbas medicinales, y árboles, singularmente abetos; alegres por el sin número de fuentes, madres de caudalosos ríos, ricos de diferentes minas de toda suerte de metales, y a la parte de Nuria, y en los ante Pirineos se halla cristal finísimo, dividen a la Francia de España, tienen su principio en el Mediterráneo al cabo de Laucata, de allá se dilatan por Fitor, Pertusa, Puichevaledor, al Collado de la Percha; de aquí a Livia, Puerto de Andorra, Puerto de Tor, y Altavaca, al Valle de Boil, castillo de León, y a Benasch; y de este a Aragón, y Navarra: divídense estos Montes Pirineos en varios brazos, y diferentes montes, y ramales, que todos son Pirineos, de los cuales referiremos algunos, y no todos por no cansar. (1: Pujadas, lib. 1, cap. 5. Pau, de montibus. Nuñes de Situ Orbis.)

Síguese Canigò, monte famoso, pero mal opinado por su laguna, llamose Cano por la nieve (que) le cubre, es rico de minas de plata, y el río que corre a su falda, lleva arenas de oro, y abunda de precioso cristal, es muy singular el agua: de la laguna, porque tiene el color casi negro, y abunda de peces, y si enturbia el agua, levanta vapores que se resuelven en horrendas tempestades; otras particularidades refieren las Historias, que se podrán leer en los citados autores. (2: Marin. lib. 1, cap. de Flumin. Bercor. lib. 14, cap. 25. Ximen. Vol. 1, lib. 1, cap. 18.)

Maldecido, (Maladeta)

El altísimo monte, que llaman Maldecido, (Maladeta) se halla en los Pirineos entre Castell-León, y Puertos de Benasch, es de los más eminentes de Cataluña, y una pirámide, y claro espejo de la divina justicia, por el ejemplar castigo, que se ejecutó en este monte, en el cual se hallan muchos pastores, varios ganados, y algunos perros convertidos en piedra, en diversas posturas, que son las proprias en que se hallaron, cuando el Cielo ejecutó el justo castigo. El motivo, según la tradición de aquellos lugares vecinos fue, que pasando el Cura de una de aquellas parroquias, con el santísimo sacramento, le echaron los perros los pastores, para que le acometiesen; otros refieren, que los perros instigados de los pastores, acometieron a unos pobres, que pasaban por aquel lugar, y que luego pastores, ganados, y perros se convirtieron en piedras, quedando allí para ejemplo de los venideros siglos.

(N. E. Véase la Biblia, Sodoma, Gomorra, la esposa de Lot, Génesis, 19.)

Monseny (N. E. Montseny : montem signum; San Marcial de Moseny, Bernardo Umberto, 1093-1111, viaje literario a las iglesias de España, Lorenzo Villanueva), monte elevado, precioso por los metales, mármoles, y finísimos ametistes (amatistas), y otras preciosas piedras, poblado de frondosos árboles, matizado de odoríferas flores, y favorecido de copia de medicinales hierbas. (3: Gerónimo Paulo, Bar. Pujadas, lib. 1, cap. 5.)

A Monserrate llaman los cosmógrafos, brazo de los Pirineos, y me parece está muy dividido del cuerpo, es prodigiosísimo monte por ser la concha de la mejor perla: antes entero cuando se llamaba Estorcil, después dividido en aserrados (N. E. serrat, mont serrat, Montserrat, Monserrat, Monserrate) peñascos por el divino artífice: cierto acuerdo de la muerte de nuestra vida, partido de sentimiento por la muerte de su Criador, para crédito de la constante Fé de Cataluña: sol de este hemisferio, a siete leguas de Barcelona, tan devotamente respetado del católico gremio, que solo su vista mueve la piedad cristiana en afectuosos obsequios de devoción, y respeto: adorado, visitado, y conocido por todo el orbe, por la santísima imagen de nuestra madre; y Señora, de cuya invención hablaremos. (4: Anal. del *plas, sup. Cant. Verbo crucifixus. Liberato año  37. Argayz perla de Catal. Cap. 1. Coron. Bene. 4. año 888, cap. 3. Grandezas de España, lib. 2, c. 173.)

Monjuìque (Montjuïc, - Monte Jovis, de Júpiter, o Judaico -, donde Luisico Companys paseaba muy a gusto) pequeño monte, atalaya de Barcelona, fértil, alegre, y agraciado, matizado de varias hierbas, útil para los panes, adorado de los gentiles en su soberbio Templo de Júpiter, elegido de los Judíos para sus entierros, y santificado por los católicos con los santos venerados cuerpos de santa Madrona, san Fructuoso, san Augurio, y san Eulogio de Tarragona. (5: Diago condes de Bar. Lib. 1, cap. 3. Domenech, Flos Sanct. de Catal. Vida de S. Madrona, y de S. Fructuoso. La peña de san Miguel del Fay.)

La montaña Moncio (Montsià), tiene su asiento pasados los Alfaques, prodigiosa con dos fuentes que llaman de san Pedro; que no cabiendo en la Tierra, pasan bajo de ella al mar, con caudal tan copioso, que de largo trecho no se confunde con el salado elemento, pudiéndose sacar el agua dulce. (6: Pujadas, lib. 1, cap. 6.)

La peña de san Miguel del Fay es otro prodigio, y gloria de Cataluña, partida, y abierta por el justo sentimiento de la muerte de nuestra vida, y para consagrarse templo al gloriosísimo arcángel san Miguel, monumento de los divinos favores de esta Provincia. Por sobre de la peña que es iglesia, pasa un pequeño río que se despeña alegre, cantando las divinas alabanzas, al bullicio de su vertiente. (7: Comad. Dexter tom. 1, art. 10, cap. 2, pag. 300. Argayz perla de Catal. Cap. 1, núm. 2.)

Los montes de Cardona, abundantes de frutos, y árboles, son ricas minas de sal fuerte, transparente, y cristalina de varios colores: son apacibles, alegres, curiosos, útiles para el gusto, y bello objeto de la vista; y aunque la sal tenga tan varios colores, molida (se) vuelve blanca, y es la más apreciada de Europa. (8: Compend. Geog. Lib. 2, pag. 88. Marin. De reb. Hisp. lib. 3.)

En Cardona también se halla un monte, cuya tierra parece harina.

En el obispado de Gerona, a la parte de mediodía, se halla un monte de polvo blanco, menudo, que a fuerza del viento, se vuelve, y revuelve a una, y otra parte. (9: Marsil. Cris. De Cat. pag. 1, cap. 4, § 4.)

Otras muchas son las montañas de Cataluña, fértiles de hierbas, frutos, y flores, y ricas de minas, que por lo común se omiten, hallaranse en Corbera Cataluña Ilustrada, cap. 11, y en Tarafa.