4-9 Vencen los catalanes, y romanos a Asdrúbal Calvo;

Capítulo 9.

Vencen los catalanes, y romanos a Asdrúbal Calvo; se ilustra Tarragona, y excelencias de Barcelona.

Geoffroi Rudel, Jaufrés Rudèls de Blaia, Jaufré Rudel de Blaye,

A la diligencia, y cuidado siempre favorece la fortuna, la lograron los romanos, en Cataluña contra Asdrúbal Calvo, que con poderosa armada llegó de África por Mallorca, a la cual acudió la de los romanos, cuando ya los cartagineses se hallaban en Cataluña, con cuarenta mil africanos (N. E. muchos menos de los que hay hoy, en 2024), y con los españoles que les seguían, encaminados al asedio de Inchivel que es Chelva en Valencia, juzgando apartar a Escipión de la guerra de adentro de España; pero no la dejó Escipión, si (sino que) prosiguiéndola, encargó parte de su gente a tres caballeros catalanes, se entiende naturales de la tierra que es Cataluña, que no se nombran, para defender esta Provincia, y vecindad: llegando a ella, hallaron ocupados los pasos, y el enemigo fortificado en ellos, no desmayaron nuestros catalanes, antes valerosos embistieron al enemigo peleando con varia fortuna, y peligrosos, y reñidos combates; que mejorando, cedieron los africanos al valor, y destreza de los nuestros (que ya era estimada en aquellos tiempos) con pérdida de veinte y seis mil, parte prisioneros, y parte muertos, cuarenta banderas, o insignias de Cartago, y diez elefantes, y muerte del General, que acabó como fuerte, y magnánimo capitán. (1) 

Después de esta victoria, llegó cargado de riquezas, y victorias Escipión, de las costas de España a Tarragona, concluyó la obra de la muralla pasmo del Orbe, y memoria de la majestad romana, se dilataba en 81684 varas, tenía 13 varas de ancho, y los pedernales de que se formaba, de largo tenían 10 varas, y 8 de ancho.

El cerco era pulido, y ostentoso, con gradas de fuerte piedra para los que acudían a los espectáculos: el teatro que fabricó Escipión, igualaba si no excedía al de Roma, su circuito de 674 varas, todo de piedra con sus gradas, muy pulidas.

No faltaba foro, donde consagraban estatuas a la fama de los héroes, y mercado para los contratos, y uno, y otro era campo de tratantes: dedicó Escipión, y los romanos que le sucedieron, ricos, pulidos, y magníficos templos a sus vanos Dioses, como el de Isis, del cual se halla la piedra siguiente:

ISIDI. AVG. SACRVM.

IN. HONOREM. ET. 

MEMORIAM IVLIAE.

SABINAE. CLOD. 

OSIANA. MATER.

Y la de Palas.

TVTELAE.

TARACONAE.

Fabricó la suma grandeza de los (aquaductos) acueductos, y por excelencia el puente de Ferreras, obra sólo para ponderada, y no declarada: quedó Tarragona defendida, adornada, asistida, y fertilizada por el aprecio de Escipión, y fue colonia en su tiempo. (2)

Ya nos lleva el curso tercera vez a la excelentísima Barcelona, se apasionó por Cataluña Escipión, no sólo por inclinación, sino por debido reconocimiento de las victorias, de que se comprendía deudor con su república, pues le abrió el camino, y le siguió hasta el término de la quieta posesión de España.

Prenda de su obligado, y reconocido afecto fue Tarragona, y mayor Barcelona, dilatando su fuerza, ennobleciéndola romana, inmune de cargas, (3) poblada de ciudadanos romanos, ilustrada con públicos, y excelentes edificios, acueductos para las fuentes, como el que desciende de la fuente de los naranjos por Monjuique hasta el convento de san Pablo, seguro puerto cerca de la ermita de Nuestra Señora del Puerto, magníficos templos, la piedra de la calle del Regomir, que es la siguiente que lo comprueba.

MINERVAE. AVG.

NAVTVSTIVS. HO-

MVNCIO. IIIIII (con raya encima) VIR.

AVG. COLLEGIO.

FABR. DONO. POSVIT.

No satisfecho Escipión con tales prendas de cariño, la favoreció, y adornó con la limpieza de las cloacas, o acueductos para su paseo, sin embarazo de lodos, y se cree fueron las de la Boqueria hasta mar, y de Junqueras hasta la Boqueria, tan alta que por dentro puede pasar un hombre a caballo: la exaltó ciudad la más pulida, limpia, y curiosa, por señas del romano aprecio, ya en los años 210 antes del Nacimiento de nuestro Señor, adelantándose en la autoridad romana, con nombre de Julia Favencia: célebre por su pueblo, pulida en su adorno, apreciada por su limpieza, y privilegiada por los romanos que siguieron a Escipión. 

Exaltó Escipión a Barcelona; pero con nuevos, y relevantes favores la ennoblecieron los Señores que después consiguieron su dominio: fue favorecida de los Godos, y más de sus Serenísimos Señores Condes de Barcelona, que le concedieron para el gobierno acertado, los juicios según sus leyes, y faltando Virrey el juzgar de delitos, formar siempre estatutos para su gobierno, y de los que residen en ella, imponer derechos (N. E. generalitats), ser inmune de ellos en todos los reinos de la Corona: le concedieron para su resguardo declarar marcas, hacer represalias: defiende las ciudades, compone los disgustos de su Rey con los vasallos, oriente del Real gobierno, jurando los fueros, y tomando el juramento de fidelidad de los vasallos en ella: respetada, y atendida de los reinos, pues en todos, y en la Corte delante su Rey van sus Conselleres con insignias, y maceros, y con las mazas levantadas: nombra ciudadanos con militar privilegio, mercaderes, y escribanos: la aprecian sus Reyes (N. E. incluido Felipe VI y la futura Leonor), no permitiendo que reciba bajo de Palio, a otro sino al Sumo Pontífice, ni en actos públicos tener otros dozel: lleva una de las varas del Palio el Rey con los Conselleres en obsequio del Divino Sacramento: fabrica moneda, por su crédito tiene los depósitos de tabla, y banco, residen en ella los tribunales, es custodia de los títulos, y papeles de la Corona en el Archivo Real: para solicitar los divinos favores con actos de caridad, mantiene los hospitales, y reparte parte de sus réditos en copiosas limosnas, que detienen la divina justicia para no castigarla por sus deméritos, y la defiende, y favorece Dios por amparo de pobres:

las Reales Armadas deben saludar primero, que esta ciudad, menos que no se halle en ellas persona Real.

Esto logra la fortuna, y más el valor prudente de tan célebre Metrópoli por gracias de sus Serenísimos Condes, en premio de sus servicios: 

es Señora de Flix, de la Palma, de Moncada, de Rexach, de Caldas de Estarach, y antes de Ampurias condesa, que volvió todo aquel condado a su Rey, por obsequio, y servicio, entregando también a su Monarca las villas de Tarraga, Villagrassa, Tarrassa, y Sabadell en Cataluña, Elx, y Crucilla en Valencia de que era Señora.

Corresponde fina Barcelona a tan soberanos favores, y particulares gracias, buscando ocasiones del mayor servicio de su Señor, manifestándolo obsequiosa al recibirle cuando llega a jurarle sus Privilegios; pues en esta ocasión lleva atados dos cordones, o colonias a las riendas del caballo del Rey, el Conseller primero a pie, siguiéndole en el obsequio algunos Sujetos del Consejo de Ciento, indicio de respeto, y demostración de que viene obligado a guardar las Leyes, y Privilegios, y Gerolifico del constante amor, que no permite se le aparte su vida, su sol, y venerado Señor, y este obsequio le ofrecen en su ocasión las otras ciudades del Principado: cuando Dios dispone de la vida del rey, lastimada tiene su luto Barcelona en la Sala del Consejo de Ciento, preside a todos, y acuden todos los Magistrados a darle el pésame.

Cuando parte el Rey de esta ciudad, aunque sea por mar, no acostumbran disparar los baluartes, y aunque las galeras disparen no corresponde, ni visita a su Majestad en la despedida, por el desconsuelo de que se le aparta su adorado Señor: esto es Barcelona, y mayor la veremos cuando sacudió el infiel yugo Mahometano. 

(4: Privil. Caroli Calvi. Dat. Tolosae prid. Idus Junij anno 4. Caroli. Barcinone (e con rayita encima: ae: Barcinonae) famosi nominis Civitatem liceat ipsis secundum eorum legem de aliis hominibus judicia terminare.

Mapa Cathaloniae. Barcinone praecipuam Urbem habens, Religione conspicua, nobilitate, & fortitudine celebris, rebus terrae, Marisque foeliciter gestis, praeclaera legibus, comerciis, & negotiationibus, totiusque rei maritime Mediterraneis, & Occidentalibus Provinciis exhibita perspicua.

Constit. de Catal. tit. Com. y seguretat. Usat. omnes quippe. Privil. R. Petri 14. Kal. Novemb. 1339. Rex Joan. Privil. anno 1446.

Rubrica de Bruniquer in libris Civit. lib. diversorum.

Privil. R. Ferdin. 2. anno 1510.

Vallseca in usat. Bajulus. (: Batlle, Batle, Baile.)

Privil. R. Petri 10. Kalendas Martij anno 1343.

Dicti Reg. anno 1337.

Oliba de jure fisci cap. 6. 

Cancer var. 3. part. cap. 5. num. 47.

Berart in spec. cap. 22. num. 20. tit. de decur.

4-8 Ocupadas, y demolidas Cartago vieja, y Rubricata, vencido Asdrúbal y otros muchos lances.

Capítulo 8.

Ocupadas, y demolidas Cartago vieja, y Rubricata, vencido Asdrúbal y otros muchos lances.

No el que vence merece nombre de consumado capitán, sí el que vence, y sigue la victoria logrando comodidad, y gloria; bien lo entendieron los dos hermanos Escipiones, tomando la ocasión pues no ufanos, si solícitos cuidaron no les escapase, y para asegurarla emprendieron la hazaña que les ofreció el fruto de sus victorias, en la conquista de la Metrópoli cartaginesa en Cataluña Cartago la vieja. Hicieron a Tito Sempronio dueño de la hazaña, para lograr seguros la gloria del trabajo ajeno, que

siempre las obras de los soldados ceden en crédito del General: después de varios lances, al fin venció Sempronio; conquistó la Cartago de España, y la demolió hasta los cimientos, plaza que tan valiente se les opuso siempre, consiguiendo lo que en otro tiempo no hubiera sido fácil.

Destruida la vieja Cartago, quisieron nuevamente poblarla los Cosetanos con algunos romanos, la concedió Escipión, con que ni por el nombre quedase memoria de sus enemigos; cruel venganza que llega a la fama. Concedió a los pobladores libertades, y privilegios, y de estas franquezas la llamaron Villafranca; pero no pudo olvidarse su primer oriente, pues le ha quedado y a su comarca, el renombre de Penos, o Penitentium, y en catalán Panadès. (1) (N. E. Penedès más moderno.)

Acabó la cartaginesa colonia, acabó la Metrópoli africana, y se exaltó Barcelona como veremos, y no menos de la demolida Rubricata, que aunque no es fijo, pero no será temerario juzgar, que rendida Cartago vieja, estando tan cerca, y más de Barcelona que Villafranca, pasasen los vencedores a la infeliz Rubricata apenas poblada ya destruida, tan desconocida que ni indicio se halla de quien fue, aunque se pretende darle asiento en Martorell, que no lo juzgo, por ser Rubricata de la Lacetania, que sólo llegaba a Llobregat; y más se conforma Rubi (Rubí), por el nombre, y por hallarse de esta parte de Llobregat, en donde se halla un antiquísimo castillo, y cerca en el lugar que se junta con Llobregat el pequeño Rubí, o Riera de Rubí, se halla una

torre de atalaya, como las que los cartagineses usaban, y no creo que se

encuentren indicios en otra parte. (2)

(N. E. Ad Bergam. oppidum est ad Rubricatum amnem, in Catalaunis apud Barcinonem urbem fluentem. Ptolomei aevo notum fuisse, probabile est. De hoc Castro Livius lib. XXIV. Bergitanos fuisse in Lacetania Plinii, docet Petrus de Marca, Marc. hisp. lib. II. cap. XXXIII. § V. - 

Pedro de Marca, Marca hispánica, libro 2, capítulo 33, párrafo 5.)

Otros sucesos refiere Livio de los Escipiones, y el obispo de Gerona de Galba, y españoles Cartesios; pero como no pertenecen a Cataluña, bien que los catalanes asistieron a los Escipiones en la jornada de Sagunto, aunque fue poco el fruto pues sólo cobraron los rehenes que tenía dentro Asdrúbal, de los pueblos españoles que se le sujetaron, lo dejaremos pasando a Asdrúbal: el cual viendo empeorarse su partido en España acudió a Cartago, de donde le había venido orden que pasase a Italia, y advirtió antes a su república el estado de sus intereses en España, y que los pueblos se juntaban con los romanos por las victorias de la armada de Escipión, y prontitud de los pueblos de Cataluña en asistirle, y nombró la cartaginesa república a Himilco por gobernador de España, el cual llegó con los enviados de Asdrúbal, para que pudiese este pasar a Italia asegurado en el valor de Himilco.

Obedeciendo el orden seguía su viaje de Italia por Cataluña Asdrúbal; cuando Escipión como buen hijo, y noble ciudadano temiendo los daños de la Patria en el viaje de Asdrúbal, para estorbarle el camino encaminó su ejército hacia Iliberia, que era poderosa ciudad, y amiga de Cartago, juzgando que para defenderla, dilataría Asdrúbal el pasaje de Italia. 

No salió vano el discurso de Escipión aunque no acertado, pues no pasó Asdrúbal a defender Iliberia, si se empeñó contra otra ciudad vecina confederada de los romanos que no se nombra: viéndole Escipión empeñado dejó a Iliberia, y pasó a encontrar al ejército enemigo, tuvieron varios choques, y escaramuzas: deseosos los generales de pelear dieron señal de batalla, se embistieron resueltos, obraron fuertes, intrépidos se acometieron, y defendieron: se inclinó a los romanos la victoria, ya por su valor, y de nuestros paisanos, como también porque los otros españoles, que seguían al cartaginés capitán, se excusaron de pelear: vencido Asdrúbal, se retiró a Cartagena dando la victoria muy cumplida al romano ejército. (3)

Por este tiempo acudió Roma, y también Cartago a los suyos con prontos, y numerosos socorros, que hubieran harto atrabajado a Cataluña, y a toda España; pero quiso Dios justo Juez que no obrase el poder humano, porque el universal azote del divino, y soberano poder había de obrar solo, y castigar a unos, y a otros con la peste, que abrasó a toda España. (4)

Sucedió todo lo referido hasta el año 211 antes de Cristo.

(N. E. ¿Qué Dios tenían los catalanes entonces? Quizás Georgius Podiolum.)