La aventura del tocador de señoras

La aventura del tocador de señoras

La aventura del tocador de señoras. La aventura del tocador de señoras retoma las enloquecidas aventuras del innombrado protagonista (su nombre es Manel Riu Fillat) de
El misterio de la cripta embrujada y
El laberinto de las aceitunas,
convertido esta vez en peluquero ocasional, buscavidas incondicional y víctima de un engaño que le obliga a investigar un asesinato para salvar su propio pellejo.

Sebastián Moreno, peluquero ocasional, Valderrobres, Casa Sebastián


Algo más entrado en años, pero igual de estrambótico, nuestro héroe abandona definitivamente el manicomio en el que lleva décadas confinado, con la idea de encauzar su vida.

No se espera de él que resuelva enigma alguno, pero su destino le llevará a hacerlo. Tampoco la ciudad que le aguarda es la Barcelona cambiante de la transición o la todavía en ebullición de comienzos de los años ochenta: nos encontramos en la resaca postolímpica, en un mundo que se ha vuelto a la vez más turbio y más complejo, pero cuyas leyes permanecen tan inescrutables para el improvisado sabueso como las de antaño. 

Sin más recursos que los que le brinda un instinto que sin él saberlo es el propio del pícaro, ha de encararse a una malla de lianas invisibles, aunque mortíferas, que tejen un entramado de crimen y corrupción.

La aventura del tocador de señoras es una narración delirantemente divertida, marcada por el contraste entre el carácter hilarante de cada peripecia o detalle expresivo y la dureza del retablo social que dibuja el conjunto. 

Tras un prolongado silencio, Eduardo Mendoza regresa a la novela para alcanzar una de sus cimas narrativas.

Tres vidas de santos


Tres magníficos relatos de Eduardo Mendoza, narrados con el inconfundible y personalísimo estilo del autor.

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Una combinación perfecta de seriedad e ironía.

De extensión y ambientación diversa, estos tres relatos guardan un rasgo común. En ellos hay personajes que podrían calificarse de santos: no son mártires ni anacoretas, pero están dispuestos a renunciar a todo por una idea; pueden ser considerados locos o genios y siempre transitan las zonas más oscuras del espíritu.

«La ballena» es el relato más cercano a las crónicas barcelonesas que han hecho célebre a Eduardo Mendoza, y se inicia en el Congreso Eucarístico de 1952;

«El final de Dubslav», la de más insólita ambientación geográfica – África –, es una narración de rotunda intensidad con un final impresionante; y por último,

«El malentendido» es una profunda reflexión sobre la creación literaria y el difícil diálogo entre clases sociales, además de una variación seria del personaje del lumpen que inspira al detective de

El misterio de la cripta embrujada,

El laberinto de las aceitunas y

La aventura del tocador de señoras.

Hay en Eduardo Mendoza dos facetas como narrador:
una paródica y otra seria, siempre con detalles irónicos o humorísticos.

En Tres vidas de santos, Mendoza se expresa con voz parecida a la de sus relatos paródicos, pero invirtiendo la proporción entre broma y gravedad.

Quien busque en este libro la inconfundible voz de Eduardo Mendoza la hallará junto con su sensata capacidad de reflexión, su ternura y alguna sonrisa.