5-5, De los cónsules, pretores, procónsules, y legados que vinieron a Cataluña hasta el año 100 antes de Cristo,

Capítulo 5.

De los cónsules, pretores, procónsules, y legados que vinieron a Cataluña hasta el año 100 antes de Cristo, y de los sucesos, y victorias de catalanes contra los Cimbrios.

Ya vuelven los romanos cronistas a su silencio, indicio de las victorias españolas con daño, y descrédito de su república; pero aunque lo callen, no falta nuestro tarragonés Pablo Orosio en la relación, pues dice lib. 5. c. 1. que en todo el tiempo que discurrió hasta el año 134 antes de Cristo, que fueron 35 años, recibieron los romanos, no sólo en esta provincia, sino también en las demás de España tan notables daños, y derrotas tan grandes, que no se hallaba en Roma quien se atreviese a venir para gobernar, ni militar; y los romanos que se hallaban en este país, y los que obligados venían, estaban tan aturdidos, que sólo del nombre español temblaban: fuerte milicia para un desempeño. 

No cumplieron los romanos lo prometido en los Privilegios, que ni mantenían, ni guardaban, prosiguiendo en disgustar los pueblos, los cuales mal sufridos volvieron a la guerra que refiere Orosio. 

Vino Marco Claudio Marcelo, y luego Publio Fonteyo Balbo, que gobernaron entrambas Españas; y como las guerras se proseguían con pérdida de los romanos, y siempre con mayor vigor prendía el fuego de la venganza, año 165 antes de Cristo volvieron los romanos a dividir España en citerior, y ulterior, enviando a cada una su General, y Presidente. 

Cupo la suerte a Gneo Fulvio de esta provincia, que con quietud la gobernó hasta el año 154 antes de Cristo, y en los dos siguientes años vino a España Manlio que no gover- (gobernó) en Cataluña, ni en toda la citerior, en la cual debían recibir mucho daño las cosas de los romanos, particularmente en nuestra Cataluña, supuesto que desde el año 151 antes de Cristo, enviaron los romanos su cónsul Fulvio Nobilior para mundo presidir en la Tarraconense España, a quien ni la autoridad del puesto le excusó de dura guerra, y mayor contra los celtíberos.

Marco Claudio Marcelo, que había presidido en las dos Españas, volvió sólo para la citerior que se hallaba fuerte contra los romanos, imposibilitados de dominarla, pues cuanto más guerreaban, y mayores fuerzas ponían, más sensible era el daño; y aunque algunas ocasiones fuesen vencidos nuestros paisanos, con mayor aliento volvían a la guerra Anteones fuertes.

Solícito el romano senado de dominar esta provincia con toda la citerior España, la volvió a nombrar consular enviando a ella su cónsul Lucio Licinio Luculo año 149 antes de Cristo, contentándose del pretor Sergio Galba para la ulterior. De esta se refieren los sucesores de Galba, y sus victorias; y de los hechos, y generales de esta provincia no se habla, ni hay autor que diga del cónsul Luculo los sucesores, ni que viniese romano alguno hasta el año 141 antes de Cristo. Para descuido es sobrado, siendo la principal provincia, y la consular, y que daba más que merecer a Roma; lo cierto es, o a lo menos lo más verosímil, que imposibilitados los romanos de dominarla, y no hallándose con bastantes fuerzas por las guerras de Asia, y civiles disgustos de Roma, le dieron treguas para el descanso, y para probar otra ocasión su fortuna; si no es que digamos que fueron tan sensibles los daños, que por su crédito les pareció ocultarlos.

Volvió Roma a alentarse, y al tesón de dominar la España citerior: el cónsul Cecilio Metelo tuvo fuertes peleas con los celtíberos de esta provincia: lo dejo por no haber sucedido en Cataluña. Acabó su consulado Metelo, y quedó en esta provincia por pretor, hasta que el año 139 antes de Cristo vino Quinto Pompeyo cónsul romano; y aunque no escriban las historias romanas, la causa de volver a enviar cónsul a esta provincia, se puede juzgar es la que hemos ponderado. 

No apartaron los romanos de la España citerior a Quinto Pompeyo, habiendo concluido con su consulado, pues mandaron se detuviese con título de procónsul. (1) 

El año 137 antes de Cristo, otra vezvolvieron en Marco Popilio Lenato, a enviar su cónsul; que fue derrotado, y vencido por los Numantinos, y no se habla más en las historias: año 135 antes de Cristo sucedió a Lenato, Gayo Hostilio Mancio, y a este el siguiente año el cónsul Publio Furio Philo, quedando otro año en la provincia; no obstante hay quien diga que vino Calphurnio cónsul, y todo importaba por las guerras grandes, y unión de los pueblos de una, y otra España contra los romanos; pero no hallamos cosa particular de los pueblos que hoy componen Cataluña. (2) Quietáronse los pueblos con el arte, y destreza romana, yvolvieron a la apetecida paz los españoles todos; con que los romanos asegurados, el año 130 antes de Cristovolvieron a gobernar todas las Españas por diez Legados, hombres atentos, y prudentes, que conservaron la paz, y unión de Roma con España. (3)

Continuó la felicidad de la paz, y gobierno acomodado a la naturaleza española, por el celo, y cuidado de los Legados, pero vino a mudarse con el tiempo. Llegaron a inquietarse los españoles, ya quejosos, y disgustados año 118 antes de Cristo, hasta que les consolaron, y favorecieron discretos, y corteses Pisón, y después Galba, sin más armas que el agasajo: con esto volvieron las provincias al gobierno de los diez Legados, o a la forma antecedente de gobierno. (4)

El año 107 antes de Cristo, salieron los Cimbrios Alemanes de su Patria, no cabiendo en ella, e inundaron la Francia, Aragón, Navarra, y otras provincias con atrocidades, y daños notables. Llegaron a Cataluña prosiguiendo el estrago en los Ilergetes, que valientes se les opusieron juntando los vecinos pueblos, y algunos Aragoneses Celtíberos, y con

formado ejército embistieron al enemigo, que roto, y deshecho se retiró vencido, pero no escarmentado, pues continuó su designio, pero siempre con fortuna contraria; obligándoles nuestros Ilergetes a dejar el Paiz con infame huida, pasando por Francia a Italia, escarmentados, y consumidos sin querer más lances con el valor de esta provincia, que tanto les había costado. Duró esta guerra cerca de dos años, y en ellos sin duda fueron de notar las hazañas; y tienen culpa los romanos, pues ya eran amigos de esta provincia, en referirlas tan brevemente, logrando los frutos de los sudores ajenos; pero eran tan apasionados por la gloria, que no les parecía bien en otros (poca nobleza dominada de envidia.) Entraron los Cimbrios en Cataluña año 101, y salieron a los últimos del año 100 antes de Cristo. (5)

Del año 99 hasta 97 antes de Cristo, vinieron a España Junio Silano, y Lucio Cornelio Dolabela; pero no hallo de estos cosa notable, con que es preciso concluir el capítulo.

5-2, Guerras en Cataluña de romanos: gobierno de ellos hasta el año 169 antes de Cristo:

Capítulo 4.

Guerras en Cataluña de romanos: gobierno de ellos hasta el año 169 antes de Cristo: privilegios concedidos por los romanos: se trata de la fundación de Calaf.

Se volvió a Roma Catón año 192 antes del Nacimiento del Hijo de Dios, y vino al gobierno de la Citerior España Sexto Vigicio, o como quiere Orosio, Publio Digicio, que en breve descompuso lo que había dispuesto Catón, imponiendo sobrecargas a nuestros mal sufridos pueblos, que intentaron arrojarlas los de la ribera de Ebro saliendo a oponerse a la tiranía romana; y con tal acierto que en varios encuentros derrotaron a sus enemigos, y en varios lances con infame fuga fueron deshechos. Refiere Livio, que fueron tantos los encuentros, y multitud de batallas, que sólo el número, pero no los hechos, merecen historia: evidente prueba del mal estado de los romanos, y valor militar de nuestros españoles celtas.

Quisieron mejorar de fortuna los romanos, y apartado Digicio, vino procónsul Gayo Flaminio (o Cayo) a nuestra Tarraconense Provincia, en la cual se halló tal, que con sólo el nombre Español temblaba con sólo el nombre Español temblaba, excusando con descrédito los lances de la guerra en todo su tiempo. (N. E. Quizás fue un buen político, y el ploramiques autor de este libro no lo podía aceptar.)

Gayo Flaminio (o Cayo)

Vino valiente para enmendarlo Plaucio Hipscio, y lo dejó como lo había hallado: no mejoraron los romanos en el sucesor Lucio Manlio Accidino, ni en Cayo Calphurnio (Calpurnio) Pisón, del cual sólo se halla notable de su tiempo, la fundación de Calaf, y esta se infiere por sola la semejanza del nombre, ni en los que vinieron hasta el año 182 antes de Cristo Nuestro Señor, porque corrieron la misma fortuna; quedando los españoles aliviados de la carga del proceder romano, y los históricos de aquel tiempo conformes en ocultar las españolas glorias. (1)

Buscaron el remedio, que no no hallaron en los antecedentes generales, los prudentes romanos, en el valor de Aulo Terencio Varrón, que desempeñó en la victoria de Corbión el crédito de su Patria. Corbión ciudad de nombre en los Susetanos, o en los Ausetanos (según otro sentir) fue el abrigo de nuestros pueblos confederados contra Roma. Emprendió la conquista Varrón, dirigió su ejército al asedio, se opusieron nuestros pueblos en campaña, pelearon constantes dando que merecer al enemigo, que después de grandes batallas, retirados los paisanos al circuito de la ciudad, formó sus fuertes, dispuso sus ataques, dio sus avances; y no obstante la constante, y valerosa defensa, entró en la ciudad con fuerte brazo, y militar furor, condenando a los que halló vivos, a la pena de esclavos: fue rendida del continuo trabajo, más que del valor romano, que con tal victoria apagó el incendio que amenazaba a Roma.

Esta ciudad de Corbión en los Susetanos, parece ajustarse con el nombre a Corbera, y si la quieren en los Ausetanos, por lo más verosímil es Gurb, que se podía llamar Gurbión: no me detengo en esto, me remito a Pujades, allá se hallarán los motivos, y razones, que también pondera Corbera.

Del valor, y nombre de Varrón se hallan memorias en Cataluña, como dos piedras en Tarragona, una en la catedral delante (de) la puerta del claustro, y otra se hallaba en una fuente: otra en Barcelona a mano izquierda al subir por la escalera de la casa del arcediano mayor: las inscripciones las refiere Pujades, sólo refiero el crédito de lo antiguo, por asegurarle en las referidas batallas. (2) 

Se siguen las inscripciones.

De Tarragona.

L. CORNELIO C. F. 

GAL. CELSO. II. VIRO. 

PRÆFECTO. ORE. MA-

RITVMAE. COHORTIS. 

I. ET II. POMPEAE 

DONACE VX. OR. Q. 

LICINIO. SILVANO. 

GRANIANO. FLAM. 

AVG. PROVINC. HIS-

PANIAE. CITER. PRÆ-

FECTO. ORE. MARI-

TVMAE. LATETANAE.

PROCVRATORI. AV-

GVSTI. C. TERENTIVS 

PHILETVS. DOMO 

ROMA. 


De Barcelona.

D. M.

HAVE VOLVSIA PA-

TERNA. CONIVX

SANTISSIMA. TEREN-

TIVS PRIMVS MARITVS.


Otra de Tarragona.


C. CAMILLO PATER-

NO. AEMILIVS VALE-

RIANVS. AMICO. OP-

TIMO. ET FIDELIS-

SIMO.


Cumplió felizmente con su gobierno Varrón: entró a ocupar su lugar 

Quinto Fluvio Flaco año antes de Cristo 180, el cual solícito en igualar, o adelantarse a su antecesor, emprendió la conquista de Urbicua, que según la corriente es Arbeca a dos leguas de Bellpuig; sin que valga lo que dice Livio escribiendo hallarse en la Celtiberia, por la razón que se da, que la Celtiberia se dilataba hasta aquel lugar de Cataluña, lo que es contra toda historia; porque sabemos que aquel terreno fue de los Ilergetes, y podía dársele color si Arbeca se hallase más allá de Lérida a la parte de Aragón; pero hallándose a esta parte de Cataluña no pudo comprenderse en la Celtiberia que comenzaba cerca de Aragón: la razón que motiva el error de Livio es, que como se hallaba cerca de la Celtiberia, y vinieron en su socorro los Celtíberos, le pareció ser de sus límites Arbeca; si no es que tome a toda Cataluña por la Celtiberia, como lo es desde la población de los celtas, e íberos, de los cuales se llamó Celtiberia por su principio en esta Provincia.

Marchó pues, a Arbeca el pretor (que ya Roma volvía por estos tiempos a enviar pretores), para dominar a los ilergetes pueblos, y puso el asedio a Arbeca con fortaleza, y arte, con que logró continuar su estada en sus fuertes, y ataques, y sacar gente para oponerse al socorro de los vecinos pueblos, y de los Celtíberos apartados, con los cuales tuvo varios choques, y peleas con grave pérdida de los romanos, que constantes, y fuertes prosiguieron su empeño; aunque minorado su ejército.

Advertidos los Celtíberos de las defensas romanas, que no pudieron romper, desesperados de introducir el sococro (socorro) se retiraron a sus casas, sin lograr el fin que apetecían.

Apartado el socorro, fue rendida, y demolida la ciudad a viva fuerza, variando los lances de la guerra, antes por tantos años favorables, ya contrarios a nuestra tierra.

Dio fin a su gobierno Flaco: vino Sempronio Graco, con Spurio Ligustino, que dio nombre a Llagostera en la Selva de Gerona, sin que se halle haber obrado en esta Provincia; si bien tuvo crudas guerras en la ulterior España, y contra los Celtíberos de esta Citerior. (3)

Volvió Graco a Roma: eligieron a Publio Licinio Crasso año 174 antes de Cristo; y 173 vino nuevo pretor Apio Claudio Centhon, año 172. Servilio Scipio, o Cepio, y año 171 Gneo Fabio Buteo que murió en el camino, quedando en esta tierra Publio Furio, que era electo para la ulterior, y de estos no se halla cosa digna de acuerdo.

Llegó el año 170 antes de Cristo, y vino Marco Junyo, y después Lucio Gannio que gobernó entrambas Españas, juzgándose asegurados en la posesión, engañados de la aparente quietud.

Se quejaron en el año 169 antes de Cristo las ciudades de España, de las injurias, y mal trato de los pretores, y enviaron a Roma sus agentes contra los que habían gobernado. Aunque conocieron los romanos la suma justicia de nuestros españoles deducida, y probada, no obstante salió uno libre por gracia, otro se apartó de Roma por su gusto, y de otro quedó sin decisión la causa. Daño grande del Príncipe, que no se castiguen los culpados, y más aquellos de quien fía su crédito, su reino, y la quietud de los vasallos, dando con esto fomento a mayores delitos, y a universal desconsuelo, que se termina en desesperación de los afligidos. No ignoran los príncipes, que Dios les ha elegido padres de sus vasallos, y que el buen padre castiga los defectos del hijo para enmendarle. Aunque los romanos no castigaron los culpados, favorecieron (a) los perseguidos dándoles consuelo, que fue a propósito para el alivio de los pueblos; pero no acomodado al beneficio público, que es la suprema ley, y de esta el castigo de la culpa, y premio de la virtud, polos que sustentan la primorosa fábrica de la república.

Concedieron los romanos a los españoles quejosos, que no se les impusiese tasa en los granos, que recogiesen los tributos sin ministros romanos privándoles del cargo de exactores, y concediéndole libre a los paisanos, y que los legítimos, o espurios hijos entrasen a la parte de los despojos enemigos, como los legítimos que servían a la república romana, y esta fue la primera libertad concedida a España por los romanos. Consta de una piedra que se halla en un huerto de Tarragona, cuya inscripción es como se sigue.

D. M.

FELICI. AVG. LIB.

ACOMMENT. XX.

HAER. H. C. HILA-

RIVS. COLLIB. TA-

BVL. XX. HAER: PROV.

LVSITANIAE. (N. E. LusitaniaPortugal)

Y lo explica la ley fin. Cod. de Edicto D. Adriani Tollendo: se infiere continuó con quietud su gobierno Ganuleyo, o Gannio, y dio nombre a Granollès (Granollers) famosa villa, y Emporio del Vallès. (4)