4-10. Derrota, y muerte de los Escipiones, su sepulcro

Capítulo 10.

Derrota, y muerte de los Escipiones, su sepulcro: venida de Nerón, y del hijo de Escipión: rendimiento de Cartagena.

Derrota, y muerte de los Escipiones, su sepulcro:

Con inteligencias, y arte atrajo Escipión a la parte romana los celtíberos, que seguían a Cartago, juzgando que con unos, y otros españoles echaría a su enemigo de España; pero no debía fiar de quien sólo servía por interés, y servía al tiempo, buscando sólo su seguridad, como lo comprobó en su daño, perdiéndose cuando se juzgaba más seguro, y fuerte, año antes del divino Nacimiento 209.

Juntó su ejército Escipión, y se previnieron los capitanes cartagineses a la oposición llamando a nuestro catalán Indíbil, que acudió puntual con sus amigos, y con cinco mil catalanes sussetanos asistidos, y pagados: se movieron los cartagineses, y se previno Escipión; y como los de Cartago tenían dividido su ejército en tres, Escipión le dividió en dos partes, encargando la una a su hermano Gneo Escipión para el oposito de Asdrúbal Barcino, y partió con la otra a encontrar (a) Asdrúbal, y Gizón, que gobernaban las dos partes del ejército cartaginés. 

Llegando a vista un ejército de otro, encargó Asdrúbal Barcino a sus celtíberos, que enviasen algunos de los suyos, a los que seguían al romano, para persuadirles que le desampararan, con pretexto de defender sus haciendas, por la guerra que les movían en sus tierras los de la parte de Cartago, y lo lograron, pues dejaron a Escipión: el cual viéndose sin la gente de quien confiaba, cuidó salvarse en la retirada, que con arte, y militar disciplina encaminó hasta pasado el Ebro seguido de los advertidos africanos, que le embistieron sin haberse podido fortificar, por la prisa que daba el enemigo, sino es sólo con el matalotaje del ejército, que no pudieron romper los africanos: cobraron con esto ánimo los romanos, pero irritados con motes, sin advertirlo quitaron los estorbos, embistieron con muerte del general Gneo Escipión, y de la mayor parte de su ejército, librándose en la montaña los que lograron la defensa en su agilidad.

Mientras se hallaba Gneo Escipión tan atrabajado, no lo estaba menos Cornelio su hermano seguido de Indíbil, y Massinissa, que no les juzgaban en el ejército contrario, pero como valeroso capitán emprendió combatir con Indíbil, y sus catalanes; pero entendiéndolo los africanos, que se hallaban cerca, acudieron al combate que fue feroz, y de muchas horas, con grandísima multitud de muertos de ambas partes, y más de los romanos, y alentando a estos Escipión, pasado de una lança murió soldado, y con su muerte dio la victoria a Cartago, huyendo su ejército, o los que pudieron librarse con la fuga, a ampararse de Tito Fonteyo; de que se infiere, que aún tenían otras fuerzas los romanos en España. (1)

Perdió su ejército, y la vida primero, Publio Cornelio Escipión, y pasados algunos días Gneo con general sentimiento de Cataluña, y con mayores demostraciones de Tarragona, y Barcelona, como más obligadas, dejando monumento para la memoria de los venideros, en el sumptuosísimo mausoleo de sus cuerpos, o sus cenizas, en el camino de Barcelona a Tarragona, algunos 6500 pasos de Tarragona, del cual dudan algunos ser de los Escipiones; pero es lo más verosímil, y probable haberse consagrado a su memoria (2) por las señas, y letras que se leen en la Torre que son las siguientes.

ORN (. elevado): TE (.) EAQVAE (.):

L (.): O (.): VNVS (.): VER (.):

BVSTVS (.): I (.): S (.): NEGL (.):

VI (.): VA (.): FL (.): BVS (.): SIBI.

PERPETVO REMA-

NERE.

Se recogieron los que se salvaron de los dos ejércitos al que tenía

Tito Fonteyo hacia Tarragona, y Lucio Marcio caballero romano al

que, de los perdidos, y fugitivos, había vuelto a juntar; y con las guarniciones de las plazas, y el favor de Cataluña emprendió ponerse en defensa, y resistir a Asdrúbal, que venía resuelto de acabar con los romanos: No sólo defendió el partido Marcio, pero valiente rompió al enemigo, y (destroçòle) le destrozó, retirándole (retirándose) con vergonzosa huida, y no le siguió Marcio por el trabajo, y (cansacio) cansancio de los suyos.

La detención de Marcio, la juzgó Asdrúbal falta de fuerzas, y creyendo había padecido su ejército iguales quiebras, volvió al lugar de la batalla, tan confiado como si no se hallara enemigo, y tan cerca, que entendiéndolo Marcio alentó a los suyos, y les obligó a vengar la locura, o desprecio: no lo dijo a los *Tordos; pues luego con buen orden dieron feroces contra el africano, que descuidado buscó su defensa en los pies, pereciendo los más perezosos.

Venía a este tiempo a engrosar el cartaginés ejército, Magòn (Magón), que ignorante de la pérdida se encaminaba descuidado, y de su descuido le advirtieron los vencedores romanos promptos en encontrarle; y encontrado quedó roto, y deshecho, perdido su ejército, y muertos, o prisioneros los soldados: estas batallas fueron dadas en Cataluña a orillas de Ebro, o bien a la parte de Valencia, como sienten algunos. (3)

Vino en este tiempo a Cataluña, y desembarcó en Tarragona, Cayo Claudio Nerón, que juntando los catalanes llegó a unirse con el vencedor ejército, y juntos pasaron a Andalucía, donde se hallaba Asdrúbal, que se defendió, y escapó por la ignorancia, y falta de arte de Nerón, que corrido volvió a Roma, o le llamó el Senado. (4)   

Año antes de Cristo 208 se juntó el Senado romano, para elegir procónsul, y general de España por la muerte de los Escipiones, y no hubo quien se atreviese, porque la derrota antecedente los tenía pasmados: acudió a Roma Publio Cornelio Escipión hijo del muerto Publio Cornelio Escipión, y alentó a su descaecida (decaída) patria, sucesor del valor del padre, ofreció cumplir con las obligaciones de padre, y patria: se admiró el Senado por la poca edad de Publio, que sólo llegaba a los 24 años, y prendado de su valor constante, le eligió procónsul.

Defendió a su patria en sus ejércitos Publio, y vengó la muerte de su glorioso padre: llegó a Cataluña, desembarcó en Ampurias: cumplió con los amigos pueblos de Cataluña hasta llegar a Tarragona, adonde acudió toda la Céltica, que es Cataluña, alegre, y contenta por ver otro Escipión en el hijo: correspondió atento Publio Cornelio Escipión al agasajo, retornando por su persona a todos los pueblos el cortejo: repartió en sus cuarteles los soldados, y se volvió a pasar el invierno a Tarragona.

Pasada la inclemencia del invierno, mandó juntar el ejército, llamó a los pueblos de Cataluña, mandó acudiesen al lugar adonde se juntaba a orillas de Ebro: eligió cinco mil catalanes para su guarda, y defensa (tal era el crédito, valor, y lealtad de la nación, aun en aquellos tiempos

Berenguer de Palasol. Bérenguer, Berengiers, Berenguier de Palazol, cataloigna

(N. E. Los catalanes de entonces se reproducían más rápido que las ratas, pero ahora paren menos si no reciben ayudas del estado, que es toda España; excluida la familia Pujol, que se han reproducido como conejos y no les hacen falta las ayudas, ya que son muy trabajadores.)

llegó con estos a unirse con el ejército, al cual con elegante estilo le previno su empeño, y le alentó para el feliz acierto

Partió para Cartagena, dejando a Cayo Marcio en Cataluña llegó a Cartagena, formó sus cuarteles, levantó sus fuertes, dio sus avances, y aunque se defendieron valientes los cercados, el arte de unos pescadores de Tarragona, por el estanque, dio la plaza a los romanos: fueron parte robados, parte presos, y parte muertos los enemigos, reservando Escipión a niños, y mujeres, del cruel, y sangriento teatro.

4-9 Vencen los catalanes, y romanos a Asdrúbal Calvo;

Capítulo 9.

Vencen los catalanes, y romanos a Asdrúbal Calvo; se ilustra Tarragona, y excelencias de Barcelona.

Geoffroi Rudel, Jaufrés Rudèls de Blaia, Jaufré Rudel de Blaye,

A la diligencia, y cuidado siempre favorece la fortuna, la lograron los romanos, en Cataluña contra Asdrúbal Calvo, que con poderosa armada llegó de África por Mallorca, a la cual acudió la de los romanos, cuando ya los cartagineses se hallaban en Cataluña, con cuarenta mil africanos (N. E. muchos menos de los que hay hoy, en 2024), y con los españoles que les seguían, encaminados al asedio de Inchivel que es Chelva en Valencia, juzgando apartar a Escipión de la guerra de adentro de España; pero no la dejó Escipión, si (sino que) prosiguiéndola, encargó parte de su gente a tres caballeros catalanes, se entiende naturales de la tierra que es Cataluña, que no se nombran, para defender esta Provincia, y vecindad: llegando a ella, hallaron ocupados los pasos, y el enemigo fortificado en ellos, no desmayaron nuestros catalanes, antes valerosos embistieron al enemigo peleando con varia fortuna, y peligrosos, y reñidos combates; que mejorando, cedieron los africanos al valor, y destreza de los nuestros (que ya era estimada en aquellos tiempos) con pérdida de veinte y seis mil, parte prisioneros, y parte muertos, cuarenta banderas, o insignias de Cartago, y diez elefantes, y muerte del General, que acabó como fuerte, y magnánimo capitán. (1) 

Después de esta victoria, llegó cargado de riquezas, y victorias Escipión, de las costas de España a Tarragona, concluyó la obra de la muralla pasmo del Orbe, y memoria de la majestad romana, se dilataba en 81684 varas, tenía 13 varas de ancho, y los pedernales de que se formaba, de largo tenían 10 varas, y 8 de ancho.

El cerco era pulido, y ostentoso, con gradas de fuerte piedra para los que acudían a los espectáculos: el teatro que fabricó Escipión, igualaba si no excedía al de Roma, su circuito de 674 varas, todo de piedra con sus gradas, muy pulidas.

No faltaba foro, donde consagraban estatuas a la fama de los héroes, y mercado para los contratos, y uno, y otro era campo de tratantes: dedicó Escipión, y los romanos que le sucedieron, ricos, pulidos, y magníficos templos a sus vanos Dioses, como el de Isis, del cual se halla la piedra siguiente:

ISIDI. AVG. SACRVM.

IN. HONOREM. ET. 

MEMORIAM IVLIAE.

SABINAE. CLOD. 

OSIANA. MATER.

Y la de Palas.

TVTELAE.

TARACONAE.

Fabricó la suma grandeza de los (aquaductos) acueductos, y por excelencia el puente de Ferreras, obra sólo para ponderada, y no declarada: quedó Tarragona defendida, adornada, asistida, y fertilizada por el aprecio de Escipión, y fue colonia en su tiempo. (2)

Ya nos lleva el curso tercera vez a la excelentísima Barcelona, se apasionó por Cataluña Escipión, no sólo por inclinación, sino por debido reconocimiento de las victorias, de que se comprendía deudor con su república, pues le abrió el camino, y le siguió hasta el término de la quieta posesión de España.

Prenda de su obligado, y reconocido afecto fue Tarragona, y mayor Barcelona, dilatando su fuerza, ennobleciéndola romana, inmune de cargas, (3) poblada de ciudadanos romanos, ilustrada con públicos, y excelentes edificios, acueductos para las fuentes, como el que desciende de la fuente de los naranjos por Monjuique hasta el convento de san Pablo, seguro puerto cerca de la ermita de Nuestra Señora del Puerto, magníficos templos, la piedra de la calle del Regomir, que es la siguiente que lo comprueba.

MINERVAE. AVG.

NAVTVSTIVS. HO-

MVNCIO. IIIIII (con raya encima) VIR.

AVG. COLLEGIO.

FABR. DONO. POSVIT.

No satisfecho Escipión con tales prendas de cariño, la favoreció, y adornó con la limpieza de las cloacas, o acueductos para su paseo, sin embarazo de lodos, y se cree fueron las de la Boqueria hasta mar, y de Junqueras hasta la Boqueria, tan alta que por dentro puede pasar un hombre a caballo: la exaltó ciudad la más pulida, limpia, y curiosa, por señas del romano aprecio, ya en los años 210 antes del Nacimiento de nuestro Señor, adelantándose en la autoridad romana, con nombre de Julia Favencia: célebre por su pueblo, pulida en su adorno, apreciada por su limpieza, y privilegiada por los romanos que siguieron a Escipión. 

Exaltó Escipión a Barcelona; pero con nuevos, y relevantes favores la ennoblecieron los Señores que después consiguieron su dominio: fue favorecida de los Godos, y más de sus Serenísimos Señores Condes de Barcelona, que le concedieron para el gobierno acertado, los juicios según sus leyes, y faltando Virrey el juzgar de delitos, formar siempre estatutos para su gobierno, y de los que residen en ella, imponer derechos (N. E. generalitats), ser inmune de ellos en todos los reinos de la Corona: le concedieron para su resguardo declarar marcas, hacer represalias: defiende las ciudades, compone los disgustos de su Rey con los vasallos, oriente del Real gobierno, jurando los fueros, y tomando el juramento de fidelidad de los vasallos en ella: respetada, y atendida de los reinos, pues en todos, y en la Corte delante su Rey van sus Conselleres con insignias, y maceros, y con las mazas levantadas: nombra ciudadanos con militar privilegio, mercaderes, y escribanos: la aprecian sus Reyes (N. E. incluido Felipe VI y la futura Leonor), no permitiendo que reciba bajo de Palio, a otro sino al Sumo Pontífice, ni en actos públicos tener otros dozel: lleva una de las varas del Palio el Rey con los Conselleres en obsequio del Divino Sacramento: fabrica moneda, por su crédito tiene los depósitos de tabla, y banco, residen en ella los tribunales, es custodia de los títulos, y papeles de la Corona en el Archivo Real: para solicitar los divinos favores con actos de caridad, mantiene los hospitales, y reparte parte de sus réditos en copiosas limosnas, que detienen la divina justicia para no castigarla por sus deméritos, y la defiende, y favorece Dios por amparo de pobres:

las Reales Armadas deben saludar primero, que esta ciudad, menos que no se halle en ellas persona Real.

Esto logra la fortuna, y más el valor prudente de tan célebre Metrópoli por gracias de sus Serenísimos Condes, en premio de sus servicios: 

es Señora de Flix, de la Palma, de Moncada, de Rexach, de Caldas de Estarach, y antes de Ampurias condesa, que volvió todo aquel condado a su Rey, por obsequio, y servicio, entregando también a su Monarca las villas de Tarraga, Villagrassa, Tarrassa, y Sabadell en Cataluña, Elx, y Crucilla en Valencia de que era Señora.

Corresponde fina Barcelona a tan soberanos favores, y particulares gracias, buscando ocasiones del mayor servicio de su Señor, manifestándolo obsequiosa al recibirle cuando llega a jurarle sus Privilegios; pues en esta ocasión lleva atados dos cordones, o colonias a las riendas del caballo del Rey, el Conseller primero a pie, siguiéndole en el obsequio algunos Sujetos del Consejo de Ciento, indicio de respeto, y demostración de que viene obligado a guardar las Leyes, y Privilegios, y Gerolifico del constante amor, que no permite se le aparte su vida, su sol, y venerado Señor, y este obsequio le ofrecen en su ocasión las otras ciudades del Principado: cuando Dios dispone de la vida del rey, lastimada tiene su luto Barcelona en la Sala del Consejo de Ciento, preside a todos, y acuden todos los Magistrados a darle el pésame.

Cuando parte el Rey de esta ciudad, aunque sea por mar, no acostumbran disparar los baluartes, y aunque las galeras disparen no corresponde, ni visita a su Majestad en la despedida, por el desconsuelo de que se le aparta su adorado Señor: esto es Barcelona, y mayor la veremos cuando sacudió el infiel yugo Mahometano. 

(4: Privil. Caroli Calvi. Dat. Tolosae prid. Idus Junij anno 4. Caroli. Barcinone (e con rayita encima: ae: Barcinonae) famosi nominis Civitatem liceat ipsis secundum eorum legem de aliis hominibus judicia terminare.

Mapa Cathaloniae. Barcinone praecipuam Urbem habens, Religione conspicua, nobilitate, & fortitudine celebris, rebus terrae, Marisque foeliciter gestis, praeclaera legibus, comerciis, & negotiationibus, totiusque rei maritime Mediterraneis, & Occidentalibus Provinciis exhibita perspicua.

Constit. de Catal. tit. Com. y seguretat. Usat. omnes quippe. Privil. R. Petri 14. Kal. Novemb. 1339. Rex Joan. Privil. anno 1446.

Rubrica de Bruniquer in libris Civit. lib. diversorum.

Privil. R. Ferdin. 2. anno 1510.

Vallseca in usat. Bajulus. (: Batlle, Batle, Baile.)

Privil. R. Petri 10. Kalendas Martij anno 1343.

Dicti Reg. anno 1337.

Oliba de jure fisci cap. 6. 

Cancer var. 3. part. cap. 5. num. 47.

Berart in spec. cap. 22. num. 20. tit. de decur.